martes, 18 de junio de 2013

SUSURROS-DEL-PASADO (6 - 2)

Algún lugar de la Umbra

La manada de las Cinco Garras de Gaia había seguido fielmente las indicaciones de la misteriosa"brújula" que llevaba Lars Sacrifica-su-Propio-Ojo. La primera noche había sido desesperante y plagada de peligros e incertidumbres para todos ellos, ya que la Senda Lunar imitaba la oscuridad de la Luna Nueva. Únicamente caminando en fila india y repitiendo los gestos de Lars, como había sugerido el propio Theurge, lograron avanzar pausadamente, dejando atrás poco a poco los territorios familiares del reflejo espiritual del Parque Tamilpaís.

No obstante, Lars le había asegurado que la invisibilidad de la Senda Lunar no sería la única dificultad que encontrarían durante las siguientes jornadas y el Theurge había acertado de nuevo. Algunas Lúnulas, por ejemplo, se interpusieron en la Senda Lunar, buscando divertirse a su costa con juegos infantiles y tratando desorientarlos para que se saliesen de su camino. Susurros-del-Pasado no tenía muy claro si lo hacían de mala fe o si realmente aquella broma sólo les parecía una alegre travesura, pero sus intentos fracasaron miserablemente y las Cinco Garras de Gaia perseveraron en su propósito de avanzar en la dirección correcta.

Otro peligro añadido fueron las Perdiciones. Los malvados espíritus del Wyrm vagaban libremente por la Senda Lunar y en pequeños grupos, buscando quizás espíritus más débiles que ellos para destruirlos o corromperlos. Las Perdiciones huían nada más verlos, pero en al menos un caso, los Scrags cargaron contra su manada con salvaje abandono. Para Susurros-del-Pasado y sus hermanos, la dificultad de estos enfrentamientos no consistía únicamente en derrotar a los espíritus malignos, sino más bien en hacerlo sin perder el camino que habían estado siguiendo con tanto esfuerzo.

Incluso la propia Senda Lunar pareció quererles poner a prueba, realizando desviaciones en las que la "brújula" de Lars no les servía de ninguna ayuda, desorientando sus mentes o dejando a su paso pequeños enigmas con la intención de que los resolviesen. Hasta ese momento, Susurros-del-Pasado había considerado la Senda Lunar como un simple camino, pero ahora empezaba a considerar la posibilidad de que tuviese algún tipo de inteligencia. Para su sorpresa, Lars no pudo ofrecerle una respuesta satisfactoria cuando le hizo una pregunta al respecto.

Más tarde, cuando la luz dorada de Helios apareció en el horizonte, las Cinco Garras de Gaia tuvieron que salirse finalmente del camino y acampar en una especie de llano baldío en algún lugar de la Umbra. A pesar de que Faruq fue el único en reconocerlo abiertamente, en el fondo todos ellos dieron la bienvenida a la oportunidad de descansar después de una jornada tan agotadora. Hasta que el Celeste solar no volviese a esconderse y ceder a Selene su paso por los cielos umbrales, no habría Sendas Lunares, por lo que decidieron descansar en aquel lugar, haciendo guardias en parejas para evitar que cualquier Perdición se acercase demasiado a su improvisado campamento.

A la noche siguiente, la "brújula" de Lars les llevó de nuevo hasta otra Senda Lunar. El camino espiritual parecía ligeramente más consistente, del mismo modo que habían aparecido los tímidos cuernos plateados de Selene en los cielos umbrales. De hecho, Susurros-del-Pasado podía distinguir por el rabillo del ojo los bordes del camino y un tranquilizador, si bien demasiado breve, fulgor plateado.

-.-

La nueva anchura y definición de la Senda Lunar les permitieron caminar recorrer el camino más rápido que antes. Susurros-del-Pasado y Crow Erguido-Cual-Montaña seguían de cerca a Lars, mientras Canción-Oculta y Faruq cerraban la marcha. Uktena, el tótem de su manada, había desaparecido entre las sombras de los árboles, ocultándose a la vista.

-¿Donde creéis que estamos?-, preguntó Crow mirando confuso a su alrededor.

El paisaje había cambiado lentamente, cubriéndose de nieblas grises y humedad. Lejanos rayos atronaban en la distancia, anunciando una tormenta invisible cuya presencia parecía hacer que el aire crepitase por sí solo. Para ser un paraje espiritual, apenas había espíritus por los alrededores, salvo unos pocos espíritus de tejo, que erguían orgullosos sus retorcidos troncos aquí y allí. En ese mismo instante, un solitario espíritu topo asomó su cabeza desde una madriguera y luego volvió a esconderla muy asustado nada más verlos.

-No lo sé-, reconoció el Theurge. -Dicen que las Sendas Lunares llegan muy lejos durante la Luna Creciente, así que podríamos estar en cualquier parte. Lo único que tengo claro por ahora es que hemos dejado atrás la Umbra Próxima.

Susurros-del-Pasado permaneció en silencio. Él también se había estado formulando la misma pregunta que el Ahroun de su manada, pero no había hallado ninguna pista en su entorno que pudiese ofrecer un remoto indicio de dónde estaban. A pesar de los nervios, el Señor de la Sombra estaba disfrutando sinceramente de aquel viaje por las tierras espirituales. Cuando era un cachorro indefenso, su tutor Galliard le había asegurado que la Umbra era la verdad de cada canción jamás cantada. Aquellas palabras habían causado un fuerte impacto en el impresionable lobezno que había sido, pero ahora renacían con más fuerza si cabe. "Debo llevar de nuevo la Umbra al reino físico mediante mis canciones e historias", se repitió para sus adentros.

Los cuervos de Lars lo sacaron de su ensoñación con fuertes graznidos alarmados y volaron ruidosamente a su alrededor. Susurros-del-Pasado carecía del don espiritual que le permitiese comprender su lenguaje, pero comprendió de inmediato que algo los había aterrorizado. El Galliard adoptó de inmediato la forma de guerra Crinos, al igual que Crow y Lars. A su espalda, Canción-Oculta y Faruq también estaban prevenidos. El alfa de las Cinco Garras de Gaia había adoptado la forma Hispo de lobo prehistórico, mientras el Ragabash preferió imitar a la mayoría de sus hermanos adoptando la forma Crinos.

-¿Qué dicen los cuervos?-, gruñó Canción-Oculta.

-¡Qué no estáis solos!-, ladró una voz feroz y gutural en el idioma Garou, interrumpiendo a Lars antes de que pudiese responder al Colmillo Plateado.

Susurros-del-Pasado se volvió de inmediato hacia el origen del ladrido, un viejo tejo de tronco ancho y ahuecado a su lado del camino. Seguramente se habría cobijado en su interior algún enemigo, que había esperado pacientemente a que ellos se acercasen bastante.

-¡Déjate ver, cobarde!-, ladró el Señor de la Sombra mostrando su oscuro pelaje completamente encrespado y sus colmillos, al mismo tiempo que alzaba las orejas. En un último gesto de desafío, desnudó las garras, listo para utilizarlas.

Una sombra se movió despacio. Sin embargo, el Galliard pudo comprobar que se había equivocado en sus previsiones. El dueño de la voz no estaba oculto dentro del tejo, sino detrás del viejo árbol. Tenía la forma de un poderoso lobo gris, musculoso y con una mandíbula enorme. El color de su pelaje y sus rasgos físicos delataban claramente su pertenencia a la tribu de la Camada de Fenris. Incluso estando en forma Lupus, el Garou tenía un aspecto formidable y brutal, capaz de derrotar él solo a toda un ejército de criaturas del Wyrm.

-Nadie me llama cobarde y sigue viviendo-, ladró el Fenris temblando de ira apenas contenida y enseñando a su vez sus enormes colmillos.

Gruñendo con rabia, Crow se puso a su lado de inmediato, dispuesto a defenderlo si el desconocido optaba por atacarlo. Lars  y Faruq buscaron más enemigos a su alrededor, escondidos o cobijados al amparo de las sombras y la niebla. La tensión podía cortar el aire como si fuese una espada afilada. No obstante, fue Canción-Oculta el que se anticipó al violento desenlace que tendría lugar, interponiendo su cuerpo entre sus hermanos y el Fenris.

-¡No somos enemigos!-, ladró autoritario a todos los presentes. -¡El Wyrm es el verdadero enemigo!

El Colmillo Plateado gruñó un par de veces más a sus hermanos, para que dejasen de amenazar con sus gestos al Garou desconocido. Crow se sometió de inmediato a la autoridad del alfa de su manada y, aunque Susurros-del-Pasado también hizo lo propio, sus gestos fueron más desganados. El lobo Fenris permaneció rígido y alerta, mostrándoles todavía el filo de sus colmillos.

-Te pido disculpas-, gruñó Canción-Oculta. -Tu brusca aparición nos ha sobresaltado.

El Fenris mantuvo el mismo gesto amenazador durante unos segundos más, aunque luego terminó por cubrir sus colmillos. Todavía tenía las orejas alzadas, pero parecía que las palabras de Canción-Oculta habían aplacado ligeramente su furia.

-¿Quiénes sois?

-Somos la manada de las Cinco-Garras-de-Gaia-, respondió el Señor de la sombra cumpliendo su deber como Galliard de la manada. -Mi nombre es Susurros-del-Pasado. Él es Canción-Oculta, nuestro alfa, y el resto son Lars, Crow y Faruq.

El Fenris no dio ninguna muestra de estar impresionado. Muy al contrario, parecía como si no los reconociese ni hubiese oído hablar de sus hazañas. Eso provocó una dolorosa punzada en el orgullo del Galliard, pero esta vez se cuidó mucho de mostrar su enfado con el misterioso Garou.

-¿Cómo te llamas?-, quiso saber Lars.

-Raimorantha-, respondió el lobo con una tosca sencillez. -La Luna Llena cubría los cielos cuando nací.

-¿Y dónde están tus hermanos de manada, Raimorantha?-, le preguntó ahora Canción-Oculta.

-Murieron.

-¿Cómo murieron?-, preguntó Lars.

-Dejando a su paso un reguero de criaturas muertas del Wyrm.

-Pero tú sobreviviste-, afirmó Faruq en tono neutro y comedido.

-Sí-, respondió lacónico el Fenris.

-¿Y qué haces en estas tierras?-, se atrevió a preguntarle Susurros-del-Pasado.

-Buscar más criaturas del Wyrm para matarlas.

La sencillez de su respuesta les sorprendió una vez más. Aquel Ahroun, lupus de nacimiento sin duda, debía llevar vagando mucho tiempo en solitario por aquellas tierras, sin la compañía de una manada de hermanos. "Probablemente su mente se haya quebrado y sea más peligroso de lo que parece", se percató Susurros-del-Pasado. Ciertamente, el solitario Garou parecía tener un aspecto feroz que desafiaba la imaginación.

-¿Vosotros también buscáis criaturas del Wyrm?

-En este momento, no-, respondió el Galliard con cautela. -El Gran Uktena nos ha elegido para realizar una búsqueda espiritual.

-¿Quieres acompañarnos?

Susurros-del-Pasado se sintió confundido al escuchar las palabras del alfa de su manada. "¿Pero qué hace?", se preguntó el Señor de la Sombra. "¿No ve que es peligroso?" Durante los meses que llevaba en la manada de las Cinco Garras de Gaia, Susurros-del-Pasado había pensado que Canción-Oculta parecía ser uno de los pocos Colmillos Plateados cuerdos, aunque de vez en cuando pareciese abstraído en sus propios pensamientos. Sin embargo, ahora se vio obligado a replantearse esa suposición. El Galliard se dio la vuelta para observar las reacciones de sus hermanos. Crow y Faruq parecían compartir su sorpresa, mientras que Lars asentía con la cabeza, como si el alfa estuviese actuando con sabiduría.

-¿A dónde vais?-, preguntó Raimorantha tras un prolongado silencio.

-No lo sabemos-, le respondió con sinceridad Canción-Oculta. -Por ahora, sólo hemos empezado a dar nuestros primeros pasos en la búsqueda, pero con el tiempo, nuestra meta será hará más clara y definida.

-¿Y no preferís seguir al Gran Lobo Fenris al corazón de la batalla?

-Nuestro camino está con Uktena-, le respondió Lars. -Acompáñanos. Ningún lobo ni Garou debe estar solo... Además, seguro que el Wyrm ha dejado suficientes siervos a nuestro paso para saciar tu hambre de batalla.

El Fenris permaneció otros largos segundos decidiéndose en silencio, pero al final se acercó despacio hacia Canción-Oculta, bajando ligeramente las orejas y mostrando un lenguaje corporal más amistoso. Seguía siendo grande y amenazador en cualquier caso, pero su actitud había cambiado visiblemente.

-No puedo ni quiero renunciar a Fenris-, afirmó orgulloso. -Eso me impide formar parte de vuestra manada... pero os acompañaré y os protegeré de las criaturas del Wyrm.

-Gracias. Tu ayuda será bien recibida-, respondió Canción-Oculta.

Susurros-del-Pasado contempló incrédulo lo que estaba pasando. El Colmillo Plateado se había ganado la confianza de un feroz Fenris sin usar ningún don espiritual ni engaño. Él y Lars simplemente le habían ofrecido la oportunidad de volver a formar parte de una pequeña comunidad Garou y Raimorantha había accedido inmediatamente. "Aquí hay una gran lección que debo aprender", se dijo para sí mismo.

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