martes, 6 de noviembre de 2012

LARS (1 - 2)


Vancouver, Columbia Británica
17 de febrero de 1992

Las historias de Bron Mac Eire, aunque sorprendentes, no impactaron a Lars del mismo modo que a sus compañeros de encierro. Los sueños que lo habían acechado durante tanto tiempo giraban siempre en torno a los lobos, la violencia y la muerte. Era fácil suponer que la suya no iba a ser una existencia precisamente pacífica. Y sin embargo, a pesar de la sencilla naturalidad con la que aceptaba esos hechos, sintió pena al conocer el destino de los Garou asesinados, como si fuesen familiares lejanos cuya partida dejaba un pequeño vacío en su corazón.

-No más preguntas por ahora-, exigió de repente Bron. -En los antiguos tiempos, las tribus y los clanes adiestraban a sus lobeznos durante meses antes de enfrentarlos a sus ritos de iniciación. En la actualidad, no podemos permitirnos perder tanto tiempo. Sólo tendréis unos días para aprender todo lo que podáis, cachorros, así que aprovechad bien nuestras enseñanzas por vuestro propio bien.

Las siguientes horas fueron completamente extenuantes. Bron les enseñó los secretos para cambiar de forma a voluntad y les habló de las ventajas y las desventajas de cada una. Desde la forma humana (Homínido), a la forma de hombre prehistórico (Glabro), a la forma de guerra mitad humana mitad lobuna (Crinos), al lobo prehistórico (Hispo) y la forma del lobo (Lupus). Canción-Oculta fue el que demostró más habilidad a la hora de pasar de una forma a otra, seguido por Mata-Parientes y Bobby. Para su vergüenza, Faruq y él fueron los que tardaron más tiempo en aprender a seguir su instinto y "llamar al lobo". Aquellas palabras despertaron recuerdos en la mente de Lars, pero cuando recordó que en uno de sus sueños alguien llamado Gaulag el Fuerte le había ordenado que "liberase a Fenris", descubrió que le era más fácil cambiar de una forma a otra. Ese momento fue una experiencia dolorosa y placentera al mismo tiempo. Sería un instante de liberación que recordaría el resto de su vida.

Después de aquel intenso entrenamiento, Bron les dejó descansar y comer. Sus compañeros de encierro y él estaban muertos de hambre. No obstante, sólo les trajeron unas escasas hogazas de pan para ellos y un trozo de carne cruda para Mata-Parientes.

-No lo entiendo-, se quejó Faruq. -Somos hombres lobo pero nos tienen aquí encerrados, en esta jodida habitación llena de meados. Dicen que somos de su familia, pero apenas nos dan de comer. ¡Qué alguien me lo explique!

-Es una parte más de nuestro rito de iniciación-, le explicó pacientemente Canción-Oculta.

-Sí, eso es-, intervino Lars. -Nos están poniendo a prueba.

-Pues a mí me parece una mierda. Que nos hagan pasar ese rito de una vez y se dejen de historias.

-No  te quejes-, habló por primera vez Mata-Parientes, lo que hizo que todos lo mirasen sorprendidos. -Estás protegido del frío y no tienes que cazar tu propia comida.

Aunque el gran lobo aún guardaba una pequeña distancia física con los jóvenes, parecía haber hecho un intento serio por comunicarse con ellos. Lars supuso que Mata-Parientes había comprendido que todos  formarían algún día una manada, una sola familia, y trataba a su manera de unirse a ellos. Decidió echarle una mano.

-Mata-Parientes tiene razón. Piénsalo. Nada de esto será peor que lo puedan hacernos nuestros enemigos.

-Pues te juro una cosa. Si nos obligan a olernos los culos como hacen los lobos en los documentales, quiero verte a ti oliendo el mío primero. -Respondió Faruq a la vez que se señalaba el trasero con gestos extremadamente teatrales.

Aquello despertó risas sinceras en Bobby y Canción-Oculta. Lars, se planteó durante unos instantes en responderle con insultos en su idioma natal, pero las carcajadas de sus compañeros fueron tan contagiosas que acabó uniéndose a ellos antes de poder decir una sola palabra. El único que no entendió nada fue Mata-Parientes, que se les quedó mirando sin poder comprender por qué sus nuevos hermanos estaban de repente de tan buen humor. "¡Vamos a tener que explicarle muchas cosas!", pensó Lars divertido.

-.-

Cuando Bron regresó a la habitación en la que se encontraban, la luz que se filtraba por el único ventanuco tenía un tonalidad anarajada, lo que pareció indicar que debía ser la última hora de la tarde. Llevaba entre sus brazos un bulto de ropa. Con gesto serio, los miró uno a uno a los ojos y, cuando pareció satisfecho con lo que vio, habló con voz divertida.

-Adoptar la forma Homínida, cachorros. Nos vamos de excursión.

Todos hicieron de inmediato lo que les mandó. Por orden suya, Canción-Oculta y Mata-Parientes se vistieron con las prendas de ropa que les traían. Pero ni siquiera aquel burdo intento lograría hacerlos pasar por humanos normales. Nunca habían tenido la necesidad de cortarse el pelo ni las uñas, por lo que en sus formas homínidas lucían largas y enmarañadas melenas y mostraban uñas negras en sus sucias manos. "Parecen extras de una mala película de la Hammer", pensó Lars guardando ese pensamiento para sí. No obstante, Bron pareció satisfecho con los resultados obtenidos y, les hizo gestos, para que saliesen de la habitación con él.

-.-

Ya era de noche cuando la furgoneta se detuvo en una carretera sin asfaltar dentro de Stanley Park. El Cañón de las Nueve Punto había hecho su disparo de rigor en la costa sur de Brockton Point. Bron les guió a pie a partir de ahí, dejando sin miedo la furgoneta en la cuneta. Selene brillaba en lo alto mostrando la mitad de su rostro. Tanto Lars como sus compañeros se sentían bien, maravillosamente bien. A pesar de que el frío del invierno cortaba como un afilado cuchillo, los olores de la naturaleza y la sensación de libertad les llenó de un gozo indescriptible. El único que no podía disfrutar plenamente de aquellas sensaciones era Mata-Parientes, que intentaba caminar al mismo ritmo que los demás, pero lo hacía con torpeza, evidenciando que nunca había caminado sobre dos piernas. "Parece como si estuviese aprendiendo a patinar", pensó Lars sintiendo de inmediato mucha lástima por él. Sin embargo, ninguno de ellos le ofreció su ayuda, ya que sabían que el orgullo de Mata-Parientes haría que se sintiese ofendido de inmediato.

Caminaron bajo los árboles durante varios minutos. Lars percibió que no estaban solos. Había otras figuras en aquel lugar. Algunas tenían formas humanas, otras parecían lobos salvajes. "Hombres lobo. No, hombres lobo no. Son Garou. Mi pueblo", reflexionó Lars. Aquellos extraños se mantuvieron alejados de ellos, aunque algunos les observaron con curiosidad cuando pasaban cerca. Bron hizo un alto en un pequeño claro y, mientras esperaba a que todos se reuniesen, sacó un pequeño espejo de mano del bolsillo de su chaqueta de cuero.

-Estamos en Stanley Park. Un parque de cuatro kilómetros de bosques, lagos e instalaciones recreativas para las visitas humanas aquí, en la ciudad de Vancouver. Pero lo que ignoran los humanos es que esta tierra  en la que nos encontramos es terreno sagrado para nosotros, los Garou. En Stanley Park hay un poderoso túmulo, un lugar donde la Celosía, la barrera que separa el mundo terrenal del espiritual, es más débil. Los túmulos son los corazones de Gaia, cachorros, y ahora entenderéis por qué. Formad un círculo cogiéndoos de las manos.

Cuando lo hicieron, Bron agarró a Lars por el hombro con un mano, mientras que miraba con concentración el reflejo del espejo. Lo que vino después fue difícil de describir. Todos ellos sintieron un pequeño empujón y, durante unos instantes, permanecieron confusos. Se encontraban en el mismo sitio en el que se habían detenido, pero desde luego ese no era ni por asomo el mismo lugar. Había algo en el aire, una sensación etérea que recorrió el claro cuando llegaron. El bosque lo inundó con olores desconocidos, algunos agradables otros más agrestes. Los árboles parecían devolverles las miradas, como si tuviesen vida propia. Lars incluso habría jurado que algunos de ellos incluso intentaban darles la bienvenida a sus dominios en sus propios idiomas incomprensibles. Unos pocos animales se acercaron con curiosidad para observarles desde lejos. Parecían ejemplares perfectos de distintas especies de pájaros y pequeños mamíferos. Algunos de ellos incluso no se parecían a nada que Lars hubiese visto previamente. "Son espíritus. Todos ellos", se percató maravillado. "Estamos en las tierras espirituales". Una ráfaga de viento, que parecía tener vida propia, pasó entre ellos juguetona, divertida por su propia audacia.

Lars sonrió sin darse cuenta. Una inmensa felicidad inundó su corazón. Sentía como si hubiese permanecido mucho tiempo arrancado de su verdadero hogar y, al fin, hubiese encontrado el camino de vuelta. Era una sensación indescriptible. Bron les dejó que se tomasen su tiempo para saborear aquel momento. Mata-Parientes se transformó en lobo y aulló feliz a la Selene, cuyo tamaño parecía más grande y su luz plateada más brillante en las tierras del espíritu. Canción-Oculta lo imitó, al igual que Bobby. Faruq, por su parte, se limitó a comportarse como un niño emocionado al que le habían dado a la vez todos los regalos de Navidad y los mirase todos sin saber cuál abrir primero.

Pasado un tiempo, Bron los volvió a reunir en un círculo y tras coger a Bobby mientras miraba su propio reflejo en el pequeño espejo de mano, los devolvió a la misma arboleda en el mundo real. Conteniendo su decepción, Lars miró a Bron. Tenía muchas preguntas que hacerle. Él lo ignoro y se dirigió a todos los jóvenes que estaban a su cargo:

-En los primeros tiempos, Gaia nos creó para que fuésemos tanto seres materiales como espirituales. Para cruzar a la Umbra, las tierras espirituales, sólo tenéis que concentraros en vuestro reflejo sobre una superficie reflectante, como un espejo o una superficie de agua. Llamamos a ese acto "caminar de lado". Descubriréis que es más difícil hacerlo en las ciudades humanas y menos en zonas naturales como los bosques, mientras que en los túmulos la Celosía es ridículamente débil. Esta noche practicaréis aquí hasta que todos vosotros podáis cruzar con naturalidad de un mundo a otro.

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