Vancouver, Columbia Británica
25 de mayo de 1994
Después de que renovasen sus juramentos y tratados con los espíritus locales, los Garou del Clan del Pacto volvieron a caminar de lado para regresar al mundo físico. Todos los asistentes al Consejo Abierto buscaron sitios cercanos al círculo formado por los Ancianos en el Arco del Leñador, aunque lo hicieron respetando en todo momento el sistema de rangos y jerarquías de la sociedad Garou. "Empieza el espectáculo", pensó Voz-de-Plata sintiendo una pequeña punzada de nervios.
-No nos falles ahora, ¿eh?-, le susurró Faruq con un guiño travieso y una palmadita en la espalda.
-¿Temes que os deje en ridículo?-, le preguntó el Galliard sin dejarse picar.
-Para mí esto no es nada, Bobby-, le respondió el Caminante Silencioso con la mirada perdida sobre la multitud. -¿No ves que estoy acostumbrado a hacer el ridículo todos los días?
Voz-de-Plata negó con la cabeza divertido. Faruq podía ser muchas cosas, pero desde luego era un Ragabash muy competente. Sus nervios se habían evaporado de golpe, como cuando uno se despierta de golpe de un mal sueño.
-No le hagas caso-, dijo Canción-Oculta mientras le daba la mano. -Suerte.
-Gracias.
Lars simplemente apoyó su mano sobre su hombro sin nada que decir. El gesto era parco en palabras, pero Voz-de-Plata estaba realmente agradecido por su apoyo. Crow, por su parte, simplemente asintió con la cabeza. No podía recriminárselo, ya que sabía que el Ahroun tenía el orgullo herido porque los Ancianos todavía no le habían dado la oportunidad de convertirse en Fostern.
Mientras sus hermanos le daban ánimos, el Captor de la Verdad, un Philodox de los Colmillos Plateados llamado Caza-las-Sombras, comenzó a organizar a los distintos grupos y manadas para dirimir agravios, arbitrar en desafíos, reconocer logros personales y asignar castigos. Era una tarea descomunal teniendo en cuenta el número de Garou que habían asistido al Consejo Abierto pero, como ya sabían, Caza-las-Sombras estaba asistido en esta tarea por el Guardián del Rito, otro Philodox de los Colmillos Plateados llamado Arthur Cunnigham, y por otros tres Medias Lunas escogidos especialmente por su sabiduría, imparcialidad y juicio certero.
Las Cinco-Garras-de-Gaia esperaron pacientemente a que les llegase su turno, mientras escuchaban los logros de los otros Garou del Clan del Pacto. Así conocieron las últimas hazañas de una manada de la Camada Fenris conocida como los Cazadores-de-Krakens, y de su alfa, un valiente Ahroun llamado Rasga-el-Corazón-del-Wyrm. Esos Garou asaltaron un petrolero de Endron International, cuyo rumbo lo acabaría llevando a la bahía de Vancouver si alguien no lo detenía a tiempo. Pese a que la tripulación del navío estaba compuesta por un grupo variopinto de fomori y humanos manchados por el Wyrm que habían ofrecido una dura resistencia, los Cazadores-de-Krakens triunfaron donde otros hubiesen fracasado. Finalmente, los Fenris habían avisado por radio de la situación y localización del petrolero a los guardacostas canadienses antes de regresar a su propio barco, .
-Se han hecho más grandes a los ojos de su clan, su tribu y toda la Nación Garou. Que así sea-, ordenó Caza-las-Sombras impresionado por la valentía y la audacia de la manada.
Voz-de-Plata también escuchó cómo elogiaron a Protege-la-Inocencia, una Galliard compañera de su misma tribu. Ella tuvo que encararse con un grupo de policías blancos que estaban abusando de dos mujeres asiáticas en un callejón del centro de Vancouver. Tras poner freno a sus actividades, descubrió que las mujeres habían sido acosadas periódicamente por esos mismos agentes y que de hecho, los policías pertenecían a una red de neonazis que servían a una de las sanguijuelas del centro de la ciudad. El vampiro en cuestión estaba protegido de la furia justiciera de Protege-la-Inocencia por la Alianza y los acuerdos entre las sanguijuelas de Vancouver y el Clan del Pacto, por lo que la Galliard decidió buscar una solución alternativa. Al final, dejó correr el rumor de las actividades del vampiro entre otros de su especie, insistiendo en cuánto podría atraer la atención de los cazadores mortales. Su atrevido enfoque tuvo un éxito inesperado. No pasó ni una semana antes de que las sanguijuelas se ocuparan ellas mismas del problema. Desde entonces, nadie había vuelto a saber nada del vampiro en cuestión, ni tampoco de ninguno de sus criados.
-Se ha hecho más grande a los ojos de su clan, su tribu y toda la Nación Garou. Que así sea-, ordenó Caza-las-Sombras reconociendo la sabiduría de la Galliard y su compromiso con los valores del Clan del Pacto.
Otra historia llamó inmediatamente la atención de las Cinco Garras de Gaia. Un Ragabash de la tribu Uktena que se hacía llamar Viaja-entre-las-Estrellas había regresado de un largo viaje por la Umbra después de que su hermana de manada, Agua-Saltarina, hubiese sido envenenada por una extraña Perdición. Después de consultar a las Lunas Crecientes más importantes del Clan del Pacto y de su tribu, Viaja-entre-las-Estrellas recibió un sueño del mismo Uktena, que le urgió a viajar por los Trece Reinos de la Umbra Media para encontrar la cura que eliminaría el mal que sufría su hermana. Aunque el viaje fue arriesgado, el Ragabash no dudó en emprenderlo en solitario y, tras muchas penalidades, logró encontrar en la primitiva tierra de Pangea una escasa flor, extinguida hace mucho tiempo en el reino físico, que sacó a su hermana del trance febril y extremadamente doloroso en el que se encontraba desde entonces.
-Se ha hecho más grande a los ojos de su clan, su tribu y toda la Nación Garou. Que así sea-, ordenó Caza-las-Sombras reconociendo la sabiduría de la Galliard y su compromiso con los valores del Clan del Pacto.
Por fin, le llegó el turno a Voz-de-Plata y el joven Galliard se convirtió en el centro de atención de todas las miradas de los alrededores. Todos los presentes sabían muy bien quién era, a qué manada pertenecía y qué intentaba conseguir esa noche. El Hijo de Gaia sonrió mientras daba un par de pasos para adelantarse a sus hermanos.
-Caza-las-Sombras, esta noche reclamo para mí el honor del Fostern-, le explicó él con voz serena pero firme. -He acompañado a mis hermanos a la guerra, sangrado con ellos y festejado cada victoria en nombre de Gaia. Nadie puede poner en duda el honor de mis actos, ni el respeto que siento por la Letanía ni la nobleza de mi corazón. Todos habéis escuchado mis historias, cantado mis canciones, llorado con mis tragedias. El Cliath ha dejado de serlo. Todos deben saberlo.
-Buen discurso-, gruñó divertido el Captor de la Verdad, -pero sabes que las palabras no bastan. Al igual que todos los Garou antes que tú, debes superar una prueba que demuestre tus palabras.
-¿Qué debo hacer?
El Philodox permaneció en silencio unos segundos para pensar con calma. "Ahora llega la hora de la verdad", pensó Voz-de-Plata. Le correspondía al Captor de la Verdad dictar la prueba que debía superar para convertirse en Fostern. Dichas pruebas eran diferentes según el auspicio lunar del Garou, pero siempre solían ser justas. Canción-Oculta había tenido que entablar un largo y detallado discurso para convencer a Caza-las-Sombras de que su reclamación era válida, mientras que Lars había tenido que negociar con un espíritu y obtener un favor de él sin deberle nada a cambio durante el proceso. Ambos habían superado sus respectivas pruebas con éxito a pesar de las dificultades y Voz-de-Plata no esperaba ser menos esa noche.
-Deberás componer ahora mismo una historia que honre a Jacques Lapointe para ganarte el derecho a ser un Fostern.
"¡Mierda!", maldijo Voz-de-Plata en silencio. No sabía mucho de Jacques Lapointe, al menos no mucho más de lo que podía saber cualquier Garou de Vancouver. Era un metis, Philodox y pertenecía a la pequeña y extraña tribu de los Contemplaestrellas, de la que era el único representante aquí en el Clan del Pacto. A pesar de que nunca había hablado de su misterioso pasado, Jacques Lapointe ocupó un asiento en el Consejo de Ancianos desde el mismo momento en que llegó a la ciudad y todo el mundo sabía que era un firme partidario de la unión entre las tribus y la Alianza con las sanguijuelas. "Venga, puedo hacerlo", se dijo mientras cogía aire.
-Día tras día, un hombre sin pasado trabaja por el bien de su clan. Digno hijo de Quimera, recorre la estrecha senda de la sabiduría y el instinto con una comprensión que sobrepasa a muchos de sus semejantes. ¿Acaso no vino a Vancouver para compartir las perlas del saber de su tribu con todos nosotros? Cuando sus compañeros hablan de sus problemas, él escucha con atención, mas nunca responde de inmediato, guardando silencio para encontrar la mejor solución por muy escurridiza que sea. ¿Quién puede igualar su certero juicio? Fue uno de los primeros en apoyar la Alianza propuesta por lord Abercorn, convenciendo al resto de los Ancianos con sus medidos argumentos. Buen confidente y mejor maestro, sus consejos han ayudado desde entonces a preservar el Pacto entre las trece tribus y la Alianza con los vampiros de la ciudad. No importa lo que ocurra en el momento en que llegue el invierno de su vida, las semillas que ha plantado con tanto esmero acabarán germinando fuertes y saludables en esta tierra sagrada.
El Hijo de Gaia terminó su relato con cierta agitación y observó detenidamente a Caza-las-Sombras. El Philodox no le pareció precisamente impresionado. "No puedo culparle", pensó el joven Galliard. Era imposible contar la historia de un héroe sin conocer primero sus hazañas. No era culpa suya, claro está. Probablemente ningún Garou de Vancouver conociese la verdadera historia de Jacques Lapointe excepto el mismo Contemplaestrellas. Aun así, Voz-de-Plata no pudo evitar sentir una cierta sensación de fracaso personal. No obstante, le sorprendió la respuesta del Captor-de-la-Verdad:
-Buena historia, Voz-de-Plata-, gruñó el Philodox con aprobación.
-¿Puedo preguntar por qué?-, preguntó sinceramente sorprendido.
-Porque como Galliard que eres, te encontrarás en muchas ocasiones con historias y canciones incompletas o perdidas para siempre con el paso del tiempo. En esos casos tendrás que tener suficiente buen juicio para separar la verdad de la mentira. Elegí al Anciano Contemplaestrellas porque sabía que ignorabas sus hazañas pasadas, pero tú evitaste ese problema hablando de sus logros y méritos presentes. Has actuado con honestidad y buen criterio, como debería hacer todo Garou nacido bajo la Luna Gibosa, y por eso, has superado mi prueba.
-Gracias, Captor de la Verdad-, respondió él sin poder evitar que su rostro mostrase una amplia sonrisa.
-Voz-de-Plata se ha hecho más grande a los ojos de su clan, su tribu y toda la Nación Garou. Que así sea-, ordenó Caza-las-Sombras.
Sus hermanos comenzaron a aullar a su espalda: Faruq, Canción-Oculta, Lars... incluso Crow se alegró de su triunfo y lo festejó aullando como un loco para extender la noticia entre los Garou reunidos esa noche en el Consejo Abierto. Después de unos interminables segundos en los que él y su manada fueron una sola cacofonía de alegres aullidos, otros Garou se unieron a su griterío. Voz-de-Plata se sentía tan feliz en ese momento que incluso le pareció que lejana Selene intentaba responder a su llamada.
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