martes, 5 de febrero de 2013

FARUQ (3 - 2)


St. Claire, Washington (EE.UU.)
2 de noviembre de 1992

La idea de seguir las idas y venidas de un espíritu cuervo le había parecido ridícula desde el principio. Faruq estaba convencido de que el ave jugaría con ellos, pero no expresó en voz alta sus objeciones. Canción-Oculta se estaba obsesionando cada vez más con la idea de rescatar a los pobres niños desaparecidos y Lars, por su parte, era un Theurge, por lo que siempre iba a poner una fe ciega en los espíritus de la naturaleza. Ninguno de los dos le hubiese hecho caso si hubiese compartido con ellos su escepticismo, así que no había tenido más remedio que salir corriendo junto a sus hermanos en la forma de Hispo, el lobo prehistórico, por los bosques de la Penumbra local.

El espíritu cuervo siempre volaba por delante de ellos, llamando a Lars con sus graznidos estridentes cuando parecía que no podían seguirle el ritmo. "Es un buen embustero, lo admito", reconoció para sí el Caminante Silencioso. "Como Ragabash, tengo muchas cosas que aprender de él".

El vuelo de sus alas los llevó hacia el este durante un tiempo, evitando las telarañas del reflejo umbral del hospital general de St. Claire, para luego adentrarse en los bosques septentrionales después de que Helios alcanzasen su cumbre en los cielos umbrales. Los espíritus de la naturaleza se sorprendieron enormemente al verles en sus dominios. Algunos reaccionaron con miedo, huyendo asustados, otros los vigilaron desde lejos llenos de curiosidad, pero ninguno trató de interponerse en su camino. Faruq se sorprendió ante sus reacciones. "¿Cuánto tiempo habrá pasado desde la última vez que estos espíritus vieron a un Garou leal a Gaia?", se preguntó sorprendido.

El espíritu cuervo se detuvo finalmente, posándose sobre una de las ramas más bajas de un tipo de árbol que nunca había visto el Caminante Silencioso. Tenía un tronco grueso y nudoso, pero con unas pocas ramas desnudas de hojas sobre su poco esbelta figura. Sus raíces desaparecían bajo la tierra sin dejar ningún rastro tras de sí. El espíritu cuervo volvió a graznar con urgencia, rompiendo bruscamente el silencio que impregnaba aquel lugar.

-¿Qué dice?-, preguntó Faruq intrigado.

-Está repitiendo otra vez las palabras "cueva humana, cueva humana"-, le respondió el Theurge. -Voy a Escudriñar el mundo físico.

-Aquí huele a Wyrm-, gruñó Canción-Oculta enseñando los colmillos de sus fauces.

-¿Es un olor intenso?-, preguntó Faruq mientras adoptaba la forma de guerra Crinos y buscaba el origen de aquel mal.

-No. Es un hedor débil, como el que percibí en la caravana de los Wheeler.

-Entonces, el pajarraco no se ha reído de nosotros. ¡Quién lo iba a decir!

-¿Pensabas que todos los cuervos eran como las Lunas Nuevas?

-No, más bien creía que los Ragabash imitaban a los cuervos para realizar su cometido-, respondió Faruq sin perder del todo su buen humor a pesar de la tensión creciente.

Mientras hablaban, los dos jóvenes Garou buscaban a su alrededor cualquier espíritu o criatura sospechosa de ser un siervo del Wyrm, pero estaban completamente solos aparte de ellos mismos y el cuervo que los había conducido hasta ese lugar. Lars dejó de concentrarse en lo que había más allá de la barrera entre los mundos y les contó lo que había visto.

-Hay un edificio abandonado en el mundo físico. No parece que Rapta Pañales esté en casa.

-Muy bien. Hagamos las cosas bien. Caminemos de lado e investiguémoslo sin separarnos.

-Esperad un minuto-, les pidió Lars antes de volverse hacia el espíritu cuervo y hablarle en su jerga, posiblemente para darle las gracias por su ayuda. Cuando terminó, les enseñó su pequeño espejo de mando.- Ya está. ¡Vamos!

-.-

Al otro lado de la Celosía encontraron una gran estructura en forma de caja, hecha con láminas de metal oxidado y rodeada por el bosque. Parecía que debía llevar abandonada unos veinte o treinta años, porque la maleza empezaba a reclamar el territorio perdido. Desde el exterior, no parecía haber ninguna evidencia que les confirmase que aquel sitio estaba siendo ocupado por alguien. Sin embargo, sus olfatos lobunos pronto captaron un fuerte hedor de sangre y carne descompuesta.

-Vamos a entrar. No os separéis-. Les gruñó Canción-Oculta.

Los tres se acercaron con cautela a la estructura abandonada. Faruq vigilaba los alrededores en su forma Crinos, al igual que Lars, mientras que el Colmillo Plateado adoptaba la forma Lupus con las orejas bien alzadas para captar cualquier ruido en las proximidades.

Al llegar a la puerta, el Theurge la abrió con una de sus zarpas. Canción-Oculta y Faruq entraron como una exhalación en el interior. La luz de la tarde se colaba por las rendijas entre las láminas de metal, dejando entrever un panorama de ruina industrial. Parecía que este edificio había sido en el pasado algún tipo de pequeña fábrica, tal vez incluso una tejeduría. Había restos de telares, además de otras máquinas anticuadas y en ruinas. Pronto encontraron la fuente del olor dulzón a carroña. Detrás de una de las máquinas, yacían los cadáveres destrozados de dos hombres, cazadores a juzgar por lo que quedaba de sus ropas. Las alimañas del bosque ya habían dado buena cuenta de ellos, pero parecía que habían sido atacados por una gran bestia salvaje, que los había despedazado brutalmente. Una pequeña nube de moscas zumbantes revoleaban sin descanso sobre los cadáveres.

-¡Qué hijo de puta!-, exclamó Faruq.

-Déjalo para luego. Concentrémonos en los niños. ¿No los hueles?

Faruq tuvo que esforzarse para oler otra cosa que no fuera descomposición y sangre, pero finalmente se dio cuenta del débil aroma que había descubierto el alfa de su manada. De alguna forma, parecía un olor infantil, cercano pero casi al límite de la percepción. "¿De dónde provendrá?", se preguntó mientras se alejaba del Philodox para localizar la fuente del olor.

-No me he cruzado con nadie-, les anunció Lars, que acababa de entrar por otra puerta que también conducía a la tejeduría. -¿Qué pasa?-, preguntó en cuanto vio a sus hermanos husmeando por la sala.

-¡Aquí!-, casi ladró Canción-Oculta. -¡Venid, rápido!

La forma Lupus del Colmillo Plateado estaba rasgando el metal de una vieja puerta de metal oxidado, que debía conducir a algún despacho o almacén. Canción-Oculta estaba muy nervioso y consiguió contagiar su estado de ánimo a sus dos hermanos. Cuando Faruq llegó a la puerta, vio que alguien la había cerrado con un candado completamente nuevo.

-¡Yo me encargo!-, gruñó el Caminante Silencioso, al mismo tiempo que partía el candado con un violento golpe de su garra. Tirando a un lado los restos de metal, abrió la puerta de par en par con su mano libre mientras el Colmillo Plateado se adentraba de un salto en su interior.

El aroma infantil se acentuó más en ese momento, aunque también apareció un olor más pesado a putrefacción. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad vieron una sala que había sido convertida en una retorcida parodia de un jardín de infancia. Había una cama con una barandilla para niños, algunos juguetes sucios y dibujos pegados a las paredes. Un par de pijamas infantiles ensangrentados yacían convertidos en una bola en una esquina de la pared. Al otro lado de la habitación, había un pequeño pozo de ventilación al nivel del suelo, con la tapa arrancada. Era de allí de donde procedía el olor dulzón a putrefacción. Los tres Garou se acercaron despacio, con el corazón en vilo, temiendo ver con sus propios ojos lo que intuían a esas alturas. En aquella tumba improvisada y excavada a poca profundidad yacían los cadáveres podridos de dos menores.

-Voy a salir fuera-, gruñó Faruq saliendo rápidamente de la habitación. De pronto había sentido la imperiosa necesidad de respirar aire fresco.

Estuvo a punto de arrancar la puerta de sus goznes sin pretenderlo. Salió al exterior, buscando en los alrededores de la tejeduría algún enemigo contra el que descargar su ira. Respiraba grandes bocanadas de aire fresco, sin poder controlar la velocidad de su respiración. "¡Hijo de puta! ¡Maldito hijo de puta! ¡Maldito hijo de puta!". Los insultos se acumulaban en su cabeza sin poder liberar la furia que sentía en esos momentos. "Para este malnacido no habrá segunda oportunidad", decidió mientras caminaba sin dirección. "No, no. Éste va a pagar por cada una de las muertes que manchan sus manos."

El Caminante Silencioso se detuvo de golpe, con el pulso todavía acelerado. "Tiene que haber dejado huellas", se percató de golpe. "El muy bastardo no ha podido acercarse sin dejar huellas en el suelo". Faruq obligó a su cuerpo a adoptar la forma Lupus y husmear por los alrededores. Lars y Canción-Oculta no lo molestaron, sino que siguieron dentro de la tejeduría discutiendo entre ellos. Por tanto, el Caminante Silencioso se concentró completamente en la tarea que le ocupaba. No pasaron muchos minutos antes de que encontrase huellas similares a la que había descubierto detrás de la caravana de los Wheeler. Solo un poco más tranquilo, volvió a entrar con ánimo sombrío en el interior de la tejeduría.

-Las familias tienen derecho a enterrar a sus muertos-, afirmó Canción-Oculta.

-Estoy de acuerdo, pero si filtras la noticia a la periodista, también vendrán el FBI y la policía. Hemos dejado este lugar lleno de huellas de patas de lobos y garras de animales. Podríamos comprometer el Velo si no tenemos cuidado.

-Encontré huellas afuera-, les interrumpió Faruq. -Algunas pertenecen a los cazadores, pero otras son del mismo tipo que las que había detrás de la casa de los Wheeler.

-Entonces ya no hay duda alguna de que el secuestrador es el responsable de esta carnicería-, dijo malhumorado el alfa de la manada. -Después de ver los cuerpos de los cazadores, estoy seguro de que es una criatura sobrenatural.

-Además, no ha dejado ningún olor personal que podamos seguir o reconocer-, asintió Lars.

-Creo que podría ser un Garou-, respondió despacio Faruq.

-¿Por qué lo dices?-, preguntó el Theurge, como si le hubiese leído la mente.

-Sabemos que entra en las casas sin forzar puertas ni ventanas, que deja un débil olor a Wyrm en los lugares en los que actúa y que es capaz de destrozar a dos hombres adultos y bien armados. Francamente, si no es un Garou, no sé me ocurre qué otra cosa puede ser.

-Tal vez alguna otra criatura del Wyrm que no hayamos visto antes. Nuestros enemigos esconden muchas sorpresas desagradables-, explicó Lars pensativo.

-Seguramente será un Danzante de la Espiral Negra. Alguien que actúa por su cuenta.

-Eso quizás explicaría sus actos enfermizos-, asintió el Theurge.

-A mí lo que me extraña-, dijo Faruq, -es que nada de esto parece tener relación con la pelea ocurrida en el Loose Caboose.

-Tal vez no tenga ninguna relación.

-En cualquier caso-, intervino Canción-Oculta, -creo que el secuestrador no debe permanecer mucho tiempo aquí. Tenemos que encontrar su guarida. Lars, tienes razón: debemos limpiar bien este sitio del rastro que hemos dejado antes de avisar a Cindy Crawley. No debemos romper el Velo.

-¿Y después?-, preguntó Faruq.

-Después nos reuniremos con Crow y Voz-de-Plata, les contaremos lo que sabemos y organizaremos patrullas nocturnas. Pienso perseguir a ese bastardo hasta el fin del mundo si es necesario cuando por fin asome su fea cara.

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