jueves, 28 de febrero de 2013

FARUQ (4 - 2)


Ellensburg, Washington (EE.UU.)
13 de abril de 1993

La noticia de la muerte de Randolph Sigue-el-Rastro cayó como un jarro de agua fría para Faruq a pesar de que temía que algo así terminase pasando. Sin embargo, seguía siendo un golpe muy duro de asimilar. Le había cogido cariño al Morador de Cristal. Incluso se había identificado con él en algunos aspectos. Por eso le resultó tan demoledora aceptar la broma macabra en que se había convertido el destino de Randolph. Faruq no podía hacer nada por salvarle y simplemente se quedó callado por primera vez en su vida, guardando un silencio respetuoso.

Cada uno de sus hermanos de manada sobrellevó la muerte del Morador de Cristal de la mejor forma que pudo. Crow apretó los puños y su cuerpo temblaba de ira contenida. Canción-Oculta gruñó entre dientes una maldición mientras Lars simplemente apartó la mirada con pesar. Por su parte, Voz-de-Plata aulló con todas sus fuerzas un lamento escalofriante de despedida. Uno a uno, el resto de sus hermanos se sumó a su terrible aullido, dejando escapar toda la tristeza que amenazaba con desbordarlos. La Endecha por los Caídos duró unos largos minutos, provocando un coro caótico de aullidos que habría hecho temblar de miedo a cualquier Perdición que se hubiese encontrado en las proximidades del túnel. Canción-Oculta esperó respetuosamente unos segundos después de que el lamento muriese poco a poco en sus gargantas para hablarles:

-Volvamos a la autocaravana. Tenemos que contarle a Kate lo que ha pasado y pensar qué es lo que podemos hacer a partir de aquí.

-¿Pensar en qué?-, preguntó el Caminante Silencioso con una voz tan débil como el murmullo del viento.

-Me refiero a que antes de que acabe la noche tenemos que tomar algunas decisiones rápidas, como por ejemplo si debemos prender fuego al laboratorio de Pentex o matar a los científicos que estaban implicados en estos experimentos.

-¿Por qué no lo decidimos aquí?-, preguntó Crow sorprendido, expresando la misma pregunta que rondaba por la mente de Faruq.

-Porque estoy convencido de que necesitamos respirar aire fresco para aclarar las ideas antes de seguir manchándonos las manos en esta locura.

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Salieron del túnel por la Umbra, agradecidos de sustituir la claustrofobia de aquella plaga espiritual por la libertad que sentían al tener de nuevo el cielo sobre sus cabezas. Selene estaba muy cerca de su cénit en la bóveda celeste pero aún les quedaba suficiente noche para hacer cualquier cosa que se propusieran. Cinco formas lobunas se alejaron de ese lugar, corriendo a toda prisa por el paisaje despejado de la Penumbra. La carrera les sentó muy bien, ya que mantenía su mente ocupada, lejos de la dura tarea que se les venía encima. Los Garou ascendieron silenciosos por la dura pendiente de una colina verde y se detuvieron a pocos pasos de donde debía estar la autocaravana en el mundo físico.

-.-

Kate se sorprendió mucho al verles caminar de lado sin previo aviso y casi disparó en su dirección con un revólver del mismo modelo que el que usó Clint Eastwood en la película de Harry el Sucio. Si la joven no hubiese carecido de temple, uno de ellos hubiera recibido un buen disparo. No obstante, Kate demostró tener buena vista además de nervio y bajó el arma antes de que alguien pudiese resultar herido. La cálida sonrisa con la que los recibió fue peor para ellos que una jauría de Perdiciones rabiosas.

-¡Hola, chicos! ¿Dónde está Ralph?

-Kate, tenemos malas noticias-, respondió Faruq interviniendo por su cuenta para sorpresa de sus hermanos. Canción-Oculta parecía enojado, ya que habían acordado en el pozo que sería él quien hablara con la chica, pero el Caminante Silencioso había cambiado de idea. Al fin y al cabo, le había ocultado a su manada que se habían metido en todo este embrollo para saldar una de las dos deudas que él había contraído con los Moradores de Cristal de Vancouver. Por lo tanto, Faruq había decidido que lo más justo sería que fuese él, y no el alfa de su manada, quien tuviese que pasar por el mal trago de romperle el corazón a la joven.

-¿Qué ha pasado?-, preguntó ella con un hilillo de voz.

-Sigue-el-Rastro está muerto-, respondió esforzándose para que su voz sonase serena. -Lo cogieron cuando intentó colarse en un laboratorio secreto oculto bajo el edificio auxiliar.

-No, no, no-, respondió Kate. -Él no, él no. -Sus ojos se humedecieron de golpe, pero no derramaron ninguna lágrima. A pesar de todo, su angustia era tan palpable que estremeció a todos los presentes.

-Lo siento. Hicimos todo lo que pudimos, de verdad. No había forma alguna de salvarlo.

Hubo unos segundos de silencio en los que nadie dijo nada. Faruq se volvió para mirar a sus hermanos, buscando con la mirada algún consejo o pista de cómo seguir a partir de ese momento. No halló ninguno y los maldijo en su interior por ello. El Caminante Silencioso volvió a mirar a Kate. Parecía tan desconsolada que trató de abrazarla para darle ánimos, pero ella lo apartó con la mando retrocediendo unos pasos.

-¿Cómo murió?-, quiso saber de improviso.

-Saberlo no te ayudará-, respondió el Ragabash evasivo.

-No me vengas con juegos y dime cómo murió Randolph.

-Tuvo una muerte rápida e indolora al respirar un gas tóxico-, mintió el Ragabash incapaz de contarle  la verdad a la joven. -Lo siento mucho.

Kate se tapó la boca con la mano para ahogar cualquier sonido y sus ojos ya no pudieron más, desbordando las lágrimas que se había esforzado tanto por contener. Respiró despacio y les dio la espalda para que no la vieran llorar como tenía derecho a hacer cualquier hombre o mujer en una situación parecida. Faruq sabía que la joven necesitaba tiempo e intimidad para aliviar su dolor, así que él también retrocedió  unos pasos para darle un poco de espacio. Era lo único que podía hacer por ella.

-Él-, empezó a decir Kate. -Él quería que os diese un CD con la información que había acordado entregaros. Voy a por él-. La joven caminó despacio sin que ninguno de ellos se lo impidiera y se metió dentro de la autocaravana.

-Tenías que haberle dicho la verdad-, le recriminó Voz-de-Plata a Faruq en la lengua Garou mientras lo cogía por el brazo en el mismo momento en que ella desapareció tras la puerta del vehículo. -La mentiste descaradamente.

-Por ahora es mejor así-, respondió el Caminante Silencioso mientras liberaba su brazo con un gesto furioso. -¿Soy un Ragabash, recuerdas? Miento por placer y me importa una mierda lo que piensen de mí.

Los dos tenían los nervios a flor de piel y estaban a punto de iniciar una pelea. Canción-Oculta trató de evitarlo interponiéndose entre ellos, mientras intentaba separarlos inútilmente. Crow tiró del Galliard hacia atrás al mismo tiempo que Lars hacía lo mismo con Faruq. Fue en ese momento cuando escucharon el estruendo provocado por un potente disparo que procedía del interior de la autocaravana. Los Garou dejaron de pelearse entre ellos y miraron con incredulidad hacia el vehículo.

-¿Kate?-, preguntó Canción-Oculta. No hubo respuesta.

Voz-de-Plata corrió hacia la autocaravana y entró en su interior tras abrir la puerta de un golpe. Pronto escucharon un lamento estremecedor proferido por el Hijo de Gaia. Faruq entró después y se encontró con una escena sobrecogedora de la que apenas pudo distinguir los detalles porque Voz-de-Plata estaba en mitad del estrecho pasillo aullando como un loco. Kate yacía inerte en el suelo. Sus dedos muertos aún aferraban el revólver que tenía dentro de la boca y que había provocado una herida terrible que le había destrozado la parte posterior de la cabeza. Había restos de sangre y pequeños fragmentos del cerebro por todas partes.

Voz-de-Plata se dio la vuelta y le apartó violentamente para salir fuera de la autocaravana. Lágrimas de frustración caían como un torrente desde sus ojos claros, perdiéndose en su hermoso pelaje. Faruq intentó apartarse como pudo de su paso en aquel estrecho pasillo. Al hacerlo vio un CD y nota garabateada a toda prisa sobre una mesa. Luego Canción-Oculta entró dentro y vio con sus propios ojos lo que había ocurrido sin decir nada. Con cierta reticencia, Faruq cogió la nota y la leyó en voz alta:

Aquí está la información que os prometió Randolph.
Me voy con él. Gracias por intentar rescatarlo.
                           K.

Voz-de-Plata seguía aullando con todas sus fuerzas por segunda vez esa noche. Crow y Lars acompañaban su lamento con sus propias voces, aullando inútilmente a Selene en busca de consuelo. Canción-Oculta y Faruq se unieron en seguida a ellos. A pesar de que Kate no era una Garou, honraron su nombre con una Endecha por los Caídos. Toda la manada aulló durante unos largos minutos hasta sus gargantas se quedaron roncas por el esfuerzo.

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Ellensburg, Washington (EE.UU.)
14 de abril de 1993


-¿Qué hacemos ahora?-, preguntó Lars con voz ronca. El Theurge estaba sentado en el suelo y su rostro humano mostraba el ánimo sombrío que debían tener todos ellos en ese mismo momento.

-Quememos el laboratorio y matemos a todas las personas que estén implicadas en estos experimentos mientras aún contemos con la protección de la noche-, afirmó Crow enfadado.

-Estoy contigo-, le apoyó inmediatamente Voz-de-Plata.

Lars y Faruq también asintieron cuando escucharon la propuesta del Ahroun, mientras que Canción-Oculta se quedó  callado, mirándoles, mientras sostenía el CD de Randolph entre sus manos. Los cinco Garou estaban sentados sobre la hierba, formando un círculo con sus cuerpos en forma Homínida. Sin embargo, antes de que pudiesen tomar una decisión definitiva, el alfa y Crow giraron las cabezas al mismo tiempo en dirección al camino, como si hubiesen escuchado un ruido inesperado.

-Algo se acerca a nosotros-, intentó advertir Canción-Oculta mientras se transformaba en Hispo dejando caer al suelo el CD.

El resto de la manada siguió su ejemplo, poniéndose en pie y adoptando la forma Crinos. Poco a poco escucharon como se acercaban unas pesadas pisadas al lugar donde estaban. Faruq no podía estar seguro, pero hubiese jurado que venían dos atacantes, uno de ellos un Crinos. Aunque no los veían porque debían estar subiendo por la ladera de la colina en plena noche, su hedor les vino de repente con mucha facilidad. Olían a sangre podrida, a pus y a enfermedad. Uno de los atacantes incluso comenzó a aullar como un demente.

-¡Vais a morir! ¡Auuu! ¡Auuu! ¡Os mataré a todos! ¡Auuuuuuu!

Crow quiso salir a su encuentro en el acto, pero Canción-Oculta gruñó para que no se separase de la manada. Combatirían todos juntos a cualquier cosa que les lanzase el Wyrm esa noche. La primera figura en llegar a lo alto de la colina fue un Crinos de pelaje gris verdoso y ojos enloquecidos. La cosa cargó contra ellos sin esperar a su compañero, el joven afroamericano que había visto Lars encerrado en una de las celdas y que ahora lucía unos largos colmillos en su boca. "¡Es una sanguijuela!", se dio cuenta Faruq.

-Uuh, Crow. Voy a acabar contigo-, ladró el Crinos antes de chocar contra la mole del Ahroun. Los dos cayeron al suelo, revolviéndose el uno contra el otro como si fuesen animales rabiosos.

Canción-Oculta aferró con sus colmillos una de las patas de su enemigo y tiró de ella para tratar de inmovilizar a su atacante mientras el Fianna daba cuenta de él. Entretanto, Voz-de-Plata cargó contra el joven afroamericano, seguido de cerca por Faruq. La sanguijuela corrupta detuvo su trote y abrió su boca todo lo que pudo antes de vomitar un torrente de sangre cuando el Galliard estuvo casi sobre él. Voz-de-Plata intentó apartarse en el último segundo, pero ya era demasiado tarde. El vómito sanguíneo cubrió su pelaje y lo quemó como si se tratase de alguna especie de ácido. Faruq dio un salto hacia un lado y volvió a saltar para caer sobre la sanguijuela. El olor a sangre podrida casi lo hizo vomitar a él también. "¿Qué es esto? ¿Un maldito vampiro-fomori?", se preguntó mientras asestaba un golpe de su garra contra la cara de la criatura, dejando profundos surcos rojos que hicieron aullar de dolor a la sanguijuela. Lars también atacó al monstruo, destrozándole una de sus piernas con un golpe afortunado de sus garras.

La sanguijuela, viéndose acorralada y cercana a la muerte definitiva, volvió abrir la boca para expulsar un nuevo torrente de vómito. Faruq había estado esperando algo así, por lo que se apartó a un lado justo antes de que fuese demasiado tarde. El Theurge aprovechó la oportunidad para golpear la espalda indefensa del vampiro, hundiendo profundamente sus garras.

-No podéis acabar conmigo-, chilló la sanguijuela. -¡Me lo prometieron!

Voz-de-Plata estaba volviendo a ponerse en pie entre pequeños gemidos de sufrimiento. Su hermoso pelaje había sufrido la mayor parte del daño, pero la sangre vomitada se había abierto paso a través de la piel en algunas partes, dejando expuestas algunas pequeñas zonas de hueso.

-¡Jódete!-, gruñó el Galliard mientas atacaba con su garra sana el vientre de su enemigo. La garra entró y salió con facilidad, llevándose con ella intentos marchitos y más restos de sangre de putrefacta.

La sanguijuela se tambaleó como un borracho a punto de desplomarse sobre el suelo, pero logró mantenerse erguido contra todo pronóstico. Faruq no le dio respiró alguno. Hundió su garra derecha en lo alto de su pecho hasta atravesar los frágiles huesos de casa torácica y le arrancó su marchito corazón. El monstruo se estremeció sin control y cayó inerte al suelo, descomponiéndose rápidamente hasta que sólo dejó un cadáver irreconocible tras de sí. Los tres Garou no esperaron a ver qué le ocurría después y se volvieron para ayudar a sus hermanos contra el Crinos que había encabezado el ataque.

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