jueves, 10 de octubre de 2013

BLACK CRUSADE


Se dice que la industria de los juegos de rol está viviendo un nuevo periodo de expansión gracias a la aparición de nuevas empresas y títulos, que han logrado hacerse un hueco en un entorno muy competitivo. Las nuevas tecnologías parecen haber hecho mucho por ayudar en esta tendencia, en términos de marketing, promoción y comunicación directa dentro la comunidad de jugadores, aunque también son muchas las voces enervantes que sólo parecen ver pérdidas de beneficios y piratas sin escrúpulos en este inmenso océano de oportunidades para todos.

En medio de esta creciente expansión del mundillo, la singularidad sigue siendo, como no, el mercado hispanohablante y, en concreto, el español. Parece que nuestra sociedad no es una fruta suficientemente madura para muchas empresas internacionales de rol, lo que ha provocado que muchos juegos no se hayan publicado en nuestro país o que tengan una presencia meramente testimonial. En resumidas cuentas, somos un público desagradecido. Criticamos mucho, compramos poco y pirateamos demasiado. Al menos, eso dicen los números y las estadísticas...

Esta situación nos conduce al insólito hecho de que la Industria internacional no se molesta en traducir al español un gran porcentaje de todo lo que produce, a pesar de que somos miles de clientes potenciales. Por supuesto, este análisis superficial omite muchos detalles a tener en cuenta. Habría que hablar también del bajo nivel adquisitivo del ciudadano español en comparación con otros países de la Unión Europea, de los altos precios, de los efectos de la crisis económica, de los costes de traducción e impresión, de las ilustraciones que tanto nos gustan en nuestros queridos libros y un largo etcétera que no voy cubrir para no salirme por completo del tema central de esta entrada. Por supuesto, a río revuelto, ganancia de pescadores. Esta falta de iniciativa ha dado alas a nuestro sector nacional, apareciendo nuevas empresas y juegos de gran calidad. A títulos ya conocidos por los aficionados como Aquelarre, se les fueron sumando lentamente otros: EXORedención, el Capitán AlatristeAventuras en la Marca del Este, por citar a unos pocos. Sólo son unos ejemplos, pero cogéis la idea general, ¿verdad?

Y en esas estamos. Nunca tuvimos tantos juegos donde elegir al alcance de la mano, aunque sólo un pequeño porcentaje esté en español. Afortunadamente todavía existen buenos samaritanos, como el Rincón del Demonio, que publican pequeñas traducciones de reglas y trasfondo. Gracias a los esfuerzos de personas como su autor, la mayor parte de los internautas de la comunidad hispana, con unos conocimientos rudimentarios del idioma anglosajón, pueden disfrutar de esa parte del mundillo que todavía desconocemos en gran medida.

Por mi parte, quiero poner hoy mi propio granito de arena en este problema, estrenando una nueva línea narrativa que todavía no ha sido publicada en español y que tomará su sitio en esta ciudad de máscaras. Me refiero, como ya supondréis por el título de la entrada de hoy, a Black Crusade, un juego donde los jugadores interpretan a los malos de la película. Sí, habéis oído bien. Los malos. Suena seductor. ¿Quién no ha visto una película o leído un libro y pensado "si fuera el malo, haría esto y esto"? Pues bien, aquí lo tenéis. ¡Y ambientado en el universo de Warhammer 40.000 nada más y nada menos! ¿Cómo? ¿Que algunos no sabéis de qué estoy hablando? Está bien, calma, calma. Dejadme empezar entonces por el principio...


Imaginaros una pequeña empresa británica que a mediados de la década de los 70 se dedicaba a fabricar tableros de mesa para juegos como el backgammon y el ajedrez. Su nombre es Games Workshop y pronto dio mucho de qué hablar, ascendiendo rápidamente por encima de sus orígenes humildes. Empezó convirtiéndose en la importadora del legendario juego de rol estadounidense Dungeons & Dragons, para luego reimprimir otros juegos como La llamada de Cthulhu, Runequest y Traveller. Pero fue en 1979 cuando la compañía encontró su leitmotiv al poner el suficiente capital para la creación de otra compañía llamada Miniaturas Citadel, que produciría todo tipo de miniaturas de metal para juegos de rol y wargames.

Fachada de la sede de Games Workshop

Durante las décadas de los 80 y los 90, Games Workshop no dejó de crecer, abriendo numerosas tiendas propias en Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia... En 1994, ¡incluso llegaron a salir en la bolsa del London Stock Exchange! Sus dos principales líneas de juego fueron Warhammer Fantasy Battle y Warhammer 40.000, perteneciendo el primero al género de la fantasía épica y el segundo a la ciencia ficción.

Aficionados jugando a Warhammer 40.000

Sin embargo, su vertiginosa expansión terminó a finales de los 90, cuando ganaron fuerza los juegos de magia coleccionables (como Magic), lo que obligó a la compañía a diversificarse en nuevas áreas, sacando a la venta un juego de miniaturas basado en El Señor de los Anillos, creando su propia editorial, llamada Black Library, y publicando varios videojuegos ambientados en los universos ficticios de sus líneas de juego.


Aquí tenemos que dar un nuevo salto de página y hablar de otra compañía llamada Fantasy Flight Games, fundada en 1995. Esta compañía, cuyas principales instalaciones se encuentran en Minnesota (Estados Unidos), publica numerosos juegos de rol, miniaturas y cartas coleccionables, convirtiéndose en una de las grandes de la industria. Ha comercializado juegos de Star WarsBattlestar Galactica, Arkham Horror y Netrunner, por citar solo unos pocos ejemplos, pero más importante aun, al menos en lo que concierne a la entrada de este blog, es que en el 2008 consiguió los derechos para comercializar juegos de rol ambientados en los universos ficticios de Warhammer Fantasy Battle y Warhammer 40.000.

El primero de ellos fue Dark Heresy, un juego de rol donde los jugadores interpretan a investigadores de la Inquisición en su lucha contra los enemigos de la humanidad. Por ahora, este es el único juego que está disponible en español gracias a Edge Entertainment, aunque no están traducidos todos sus suplementos. En Rogue Trader, su segundo juego, se nos daba la oportunidad de interpretar a intrépidos capitanes al mejor estilo space opera de toda la vida. El tercero, Deathwatch, cumplió la mayor fantasía secreta de muchos aficionados del mundillo: ¡interpretar a un marine espacial! El cuarto añadió más leña al fuego: Black Crusade. Ahora los jugadores podían interpretar a las fuerzas del Caos en su lucha contra el Imperio de la humanidad, bien jugando con marines espaciales traidores bien con una amplia variedad de herejes. Only War fue el último juego que publicaron ambientado en el universo de Warhammer 40.000; esta vez, los protagonistas son soldados de la Guardia Imperial.

Dark Heresy
Rogue Trader

Deathwatch
Only War

En mi humilde opinión, Black Crusade combina lo mejor de todos los juegos de la línea: conspiraciones, intriga, combates... las posibilidades son casi ilimitadas, tanto en el Vórtice de los Gritos como dentro del Imperio, en el sector Calixis o en cualquier otro imaginado por la retorcida mente del Director de Juego. Como digo, las posibilidades son enormes. Sin embargo, no se puede negar que una gran parte de su éxito se debe al propio trasfondo narrativo de Warhammer 40.000. A pesar del estupendo trabajo realizado por los chicos de Flight Fantasy Games, fueron los diseñadores de Games Workshop los que abrieron camino y eso se nota en cada aspecto del juego.

Black Crusade

Black Crusade ofrece tanta libertad que puede asustar si no se preparan las partidas adecuadamente. Al igual que pasó en su día con el Paranoia, en este juego es vital que exista una buena comunicación entre el Director de Juego y los jugadores, e incluso entre ellos mismos. La buena marcha de la trama, del tiempo narrativo y de la misma diversión del juego depende de ello. El otro requisito consiste en tener una mente abierta para explorar las posibilidades que se abren ante los personajes...

Si después de leer esta entrada de presentación os quedáis con ganas de informaros un poco sobre el universo de Warhammer 40.000 antes de que empiece a publicar los relatos de Black Crusade, tenéis varias fuentes a las que podéis acudir. En Wikipedia encontraréis una introducción rápida y sencilla. Para búsquedas más intensivas, también tenéis a vuestra disposición Wikihammer 40k, donde podéis encontrar información oficial como detalles proporcionados por los aficionados del hobby. Otro lugar muy recomendable para echar un vistazo es Fanhammer, donde podréis encontrar información sobre el juego de miniaturas, rumores y otra información muy útil. Por supuesto, Games Workshop también aporta mucha información de trasfondo en los codex dedicados a cada ejército; aquí podéis ver sus numerosos productos, así como sus estupendas miniaturas. Estoy convencido de que habrá muchísimos más recursos de los que citó en otros lugares de internet, pero eso ya es cosa vuestra. Sólo os dejo una pequeña parte para ir abriendo el apetito.

Y sin nada más que añadir, un nuevo y temible espectáculo toma lugar en nuestra hermosa ciudad...

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