jueves, 14 de marzo de 2013

ERGUIDO-CUAL-MONTAÑA (5 - 2)

Vancouver, Columbia Británica
26 de mayo de 1994

El aviso de Canción-Oculta no le pilló del todo por sorpresa y, antes de que Faruq se apartase de la sanguijuela, Crow ya había adoptado la forma de guerra Crinos y desnudado sus garras. Voz-de-Plata y Lars rodearon a la sanguijuela con dos pasos rápidos, impidiendo que huyese por donde había venido. Por su parte, el alfa de la manada adoptó la forma Hispo, mientras gruñía amenazador a la vampiresa, que alzó despacio las manos en un gesto apaciguador.

-Calma, calma-, les pidió con voz tranquila, como si no estuviese rodeada por cinco hombres lobo que podían despedazarla en cualquier momento. -No voy a atacaros, os lo juro. Llevo mucho tiempo viviendo en Vancouver con el permiso del Príncipe Sigfried.

-¿El Príncipe?-, preguntó Faruq. -¿Te refieres al señor de los vampiros de la ciudad?

-Sí, eso es.

Crow sólo estaba esperando la confirmación del alfa para abalanzarse a por la sanguijuela, pero el Philodox permanecía pensativo, evaluando pacientemente la sinceridad de las palabras de aquella sanguijuela. De todas formas, el Fianna maldijo en silencio a Voz-de-Plata y Lars cuando vio que sus dos hermanos bajaban ligeramente la guardia confiados.

-¿Y por qué te has acercado tanto a nosotros?-, siguió preguntando Faruq desconfiado.

-No soy una completa desconocida para los vuestros-, respondió la joven con calma. -Tengo amigos en el Clan del Pacto, pero vuestras caras me resultaban completamente desconocidas. Simplemente quería presentarme ante mis nuevos vecinos y daros la bienvenida. Si no me creéis, os repito que tengo amigos entre los vuestros. ¡Preguntadle por ejemplo a Protege-la-Inocencia! Ella responde por mí.

-Todo lo que ha dicho es cierto-, explicó Canción-Oculta con pequeños gruñidos en la lengua Garou.

Con gran dificultad, Crow obligó a su cuerpo a abandonar la forma Crinos para adoptar un aspecto más humano. La tarea le costó un gran esfuerzo, ya que la luna llena parecía exigirle instintivamente medidas más drásticas. "Debo controlar mi rabia, debo controlar mi rabia", repitió el Ahroun cerrando los ojos. Poco a poco, obligó a su cuerpo a volver a adoptar su forma original de Homínido. Con una sonrisa cansada, volvió a abrir sus ojos para descubrir que Canción-Oculta había hecho lo mismo que él mientras Faruq dejaba las dos manos a la vista.

-Sentimos haberte asustado-, trató de disculpase el alfa, -pero tenemos órdenes de capturar a todos los vampiros intrusos y aún no conocemos a los vampiros locales. Lo siento.

-No te preocupes. Nuestros dos pueblos todavía necesitan más tiempo para aprender a confiar el uno en el otro.

-¿Así que conoces a Protege-la-Inocencia?-, preguntó Voz-de-Plata con curiosidad.

-Por supuesto. Es una gran mujer y me enorgullezco poder considerarla una de mis mejores amigas.

Voz-de-Plata asintió con su característica naturalidad. Aquel breve intercambio de palabras había hecho mucho por aliviar la tensión que se había creado, incluso Crow pudo percibirlo a pesar de que seguía atento a cualquier posible señal que indicase que la sanguijuela tuviese amigos por los alrededores.

-Creo que hemos empezado con mal pie, Illana-, dijo el alfa. -Deja que nos presentemos. Como te ha dicho antes, él es Faruq. El resto son Lars, Voz-de-Plata y Crow. A mí me llaman Canción-Oculta.

-Es un placer conoceros-, a pesar de la frialdad que transmitían los ojos de la sanguijuela, su voz sonaba amistosa. -¿Así que New Westminster es vuestro nuevo territorio?

-Al menos durante las horas nocturnas-, respondió Crow. -¿Cuál es tu territorio?

-En ocasiones, suelo descansar en el parque del lago Burnaby cuando quiero estar cerca de la ciudad, pero normalmente me gusta correr con libertad por los bosques y las montañas del noroeste.

-¿Puedo hacerte yo también una pregunta?-, dijo Faruq.

-Sí, por supuesto.

-¿Cuánto tiempo llevas muerta?-, preguntó el Ragabash con tono neutro pero igualmente entrometido.

-Es toda una pregunta-, respondió ella con una sonrisa en sus labios. -No recuerdo con claridad el año exacto, pero podría deciros que fui transformada a principios del siglo XIII después de Cristo.

Crow dejó de vigilar los árboles cercanos para mirar de arriba a abajo a la sanguijuela. "¿Ha dicho el siglo XIII?", se preguntó reprimiendo un silbido. "Eso son casi setecientos años, ¿no?" Sus hermanos de manada tampoco pudieron contener los gestos de sorpresa que despertó la afirmación de Illana. La sanguijuela, por su parte, se limitó a sonreír tímidamente, como si se disculpase por ser la criatura en que se había convertido.

-Oye, ¿hay más como tú por aquí cerca?-, quiso saber el Ahroun rompiendo el silencio. Si iban a vigilar New Westminster, necesitaban conocer a las sanguijuelas de los alrededores para no causar problemas innecesarios.

-En efecto-, respondió ella sin albergar ninguna duda, -Simon no anda lejos.

-¿Simon?-, preguntó Voz-de-Plata.

-Sí, Simon Lollel. Muchos de los vuestros lo conocen porque fue uno de los negociadores que ayudaron a firmar la tregua entre los hombres lobo y  los vampiros. Simon y yo somos... amantes desde hace mucho tiempo y no solemos separarnos el uno del otro.

-¿Y hay más vampiros por los alrededores además de vosotros dos?-, preguntó Crow de nuevo.

-Sí, a partir de la calle 6ª están las patrullas del Príncipe, que vigilan que ninguno de los vuestros viole las fronteras del tratado. De hecho, si alguna vez os cruzáis en el camino de un vampiro con el pelo castaño muy corto y el rostro cuadrado lleno de cicatrices, os ruego que salgáis corriendo.

-¿Por qué?-, quiso saber Canción-Oculta. -¿Quién es?

-Ese bastardo se llama Derek Hillen-, les explicó Illana. -Es un psicópata obsesionado con los hombres lobo. Se convirtió en el líder de las patrullas del Príncipe durante las décadas de guerra entre vampiros y hombres lobo en Vancouver. Haced caso de mi consejo y apartaros de su camino. Es lo mejor para todos.

-Gracias por el consejo, Illana-, respondió agradecido Voz-de-Plata en nombre de toda la manada. -Te prometo que lo tendremos en cuenta.

-Sí, desde luego nos será de mucha ayuda-, asintió Canción-Oculta. -Por cierto, has mencionado varias veces a Sigfried. ¿Es un buen gobernante?

-No tengo mucho trato con él, pero sé que siempre honra su palabra y actúa con justicia. Hasta donde yo sé, suele ocuparse de sus asuntos en el centro de la ciudad. Muchos vampiros dentro y fuera de Vancouver le respetan por la paz y la prosperidad que ha conseguido establecer en sus dominios. Simon también confía en él y para mí eso es suficiente. Sin embargo, Julie Foster no me inspira tanta confianza-, añadió vacilante.

-¿Quién es?

-Es la esposa del Príncipe. Pertenece a un linaje sombrío de brujos y hechiceros que cometieron todo tipo de atrocidades para llegar a los peldaños del poder en la sociedad vampírica. Julie parece distinta a los de su estirpe, pero la desconfianza no me parece una mala consejera respecto a ella.

Crow sonrió para sí cuando escuchó la advertencia de Illana. El hecho de que los vampiros no confiasen entre ellos y estuviesen tan divididos como lo estaban las tribus Garou le parecía una idea sumamente tranquilizadora. "Cuanto más discutan entre sí, más seguro estará el Clan del Pacto".

-Me alegro de haberos conocido-, dijo la vampiresa. -Parecéis personas decentes. Quizás la próxima vez que nos veamos podamos intercambiar historias.

-Será un verdadero placer-, respondió Voz-de-plata entusiasmado con la idea.

-Vuelve cuando quieras, Illana-, confirmó Canción-Oculta. -Serás bienvenida.

Ella asintió levemente con la cabeza y su cuerpo comenzó a cambiar de forma, transformándose de nuevo en una loba de crines grises y manchas blancas y parduzcas. Lars y Voz-de-Plata la dejaron marcharse y los cinco la vieron alejarse corriendo de vuelta a las sombras de los árboles del parque.

-Nunca creí que tendríamos una conversación pacífica con una sanguijuela-, susurró Voz-de-Plata asombrado.

-Yo tampoco-, reconoció Faruq con un tono de voz más duro de lo acostumbrado en él.

-¡Ahh, bribón!-, le soltó Crow al mismo tiempo que le daba una palmada en la espalda. -Casi ligas con una sanguijuela setecientos años más vieja que tú.

Canción-Oculta soltó una gran carcajada al escuchar su broma y pronto toda la manada comenzó a reírse a costa de Faruq, que trataba de protestar fingiendo una indignación que todo el mundo sabía que no sentía realmente. El pobre Ragabash no dejó de recibir bromas durante el resto de la noche y únicamente obtendría un respiro cuando la manada regresase al reflejo umbral de Stanley Park para descansar durante la mayor parte del día.

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