jueves, 2 de mayo de 2013

CANCIÓN-OCULTA (5 - 5)

Vancouver, Columbia Británica
5 de junio de 1994

"¡Esta noche has visto con tus propios ojos la futilidad de tu causa!", chilló triunfante la voz invisible en su cabeza. "Gaia ha sido mancillada más allá de toda posibilidad de salvación, el espíritu de la humanidad está roto y las tribus Garou conspiran y se enfrentan entre sí. La realidad es demasiado cruel para ti, pequeño metis. Harías bien en rendirte ante la evidencia: la locura destructora del Wyrm es la única salvación para este mundo enfermo y moribundo."

"¡No!", protestó Canción-Oculta intentando imponer su voluntad sobre su propia mente. "¡Sólo intentas confundirme con tus estúpidos sofismas!" La voz invisible llevaba atormentándolo desde los primeros años de su vida, pero esta noche sus asaltos eran incesantes, como si reaccionase de algún modo al estímulo de las energías malignas que impregnaban el pabellón japonés de la Expo. Cada nueva atrocidad que descubrían, incrementaba la potencia de sus terribles cantos de sirena, al mismo tiempo que reducía las menguantes fuerzas internas del Colmillo Plateado.

"¿Pero aún crees que puede haber salvación? ¿Por qué no le hablas de esperanza al inocente que fue devorado por los humanos adultos, perfectamente conscientes de las diferencias entre el bien y el mal? ¿Por qué restas importancia a los sufrimientos de los menores que recibieron abusos sexuales?"

"¡Ellos fueron víctimas de la corrupción del Wyrm!", protestó Canción-Oculta. El Philodox trató de ignorar a la voz invisible y se concentró, por el contrario, en ayudar a Faruq y Lars a bajar a los niños que habían recibido abusos al piso de abajo, donde descansaba inconsciente la joven a la que casi habían despellejado. Afortunadamente, los pequeños quedaron en estado de shock en el mismo momento en que contemplaron con terror la irrupción de Voz-de-Plata en forma Crinos.

"Fueron víctimas de un sacerdote y un policía, personas en las que confiaban inocentemente", insistió la voz invisible sin darse todavía por vencida, "del mismo modo que los humanos fueron víctimas de los Garou en los tiempos del Impergium. ¿Ves? Sabes que tengo razón. La única esperanza que te queda es la locura del Wyrm. La única salvación para este mundo agonizante es el frío abrazo de la muerte eterna."

"¡Nunca me rendiré!", afirmó Canción-Oculta sin poder evitar una mueca por el esfuerzo empleado. "¿Me escuchas? No me daré por vencido. Ni siquiera el mismo Apocalipsis conseguirá apartarme de mis sagradas responsabilidades. Vuelve a tu oscura madriguera."

La voz invisible soltó una gran risotada, muy parecida al siseo de una serpiente venenosa, pero inesperadamente dejó de atormentar la mente del Colmillo Plateado, ahuyentada por su firme resistencia.

-.-

-Sólo nos queda por registrar esa puerta-, ladró Crow. El pelaje de su inmenso cuerpo Crinos estaba tenso y encrespado, mostrando públicamente la rabia que todavía bullía en su interior.

-Adelante-, gruñó Canción-Oculta de nuevo en forma Hispo. -Acabemos con esto.

La manada había dejado atrás la sala donde estaban esposados los niños, dirigiéndose al otro extremo del pasillo. Un sucio cartel les advirtió que se estaban aproximando a una sala de conferencias. Crow abrió la puerta con un manotazo y entró el primero. El pasillo continuaba de enfrente, hasta acabar en otra puerta metálica de la que procedía un coro amortiguado de voces que parecían estar cantando.

Canción-Oculta avanzó sin detenerse, con las orejas altas, atentas al menor ruido. Sus poderosas patas pisaban con seguridad el suelo lleno de escombros, acercándose junto al Ahroun a la puerta. El resto de la manada les siguió sin vacilar; incluso Voz-de-Plata parecía haberse recuperado casi por completo de la crisis que había sufrido hace escasos minutos y su mirada lucía una determinación inédita en él.

Un extraño suceso tuvo lugar cuando sólo les separaban cinco metros de la segunda puerta. Una forma fantasmal la traspasó sin ningún impedimento y se quedó flotando en el pasillo, observándolos pacientemente. Parecía una especie de figura humana translúcida, como los espectros de los cuentos de miedo que le leía su tía Mary Henderson cuando era pequeño, con la salvedad que éste parecía tener un fino hilo plateado unido a sus pies y que se perdía al otro lado de la puerta que acababa de traspasar.

-Bienvenidos a vuestra ruina-, les recibió la aparición. Tenía una voz grave pero etérea, con un cierto matiz sobrenatural de lejanía. Su rostro era ovalado y mofletudo, con un corto flequillo cruzándole la frente de un extremo a otro. A pesar de su aspecto translúcido, parecía una figura obesa ataviada con algún tipo de túnica monacal.

Crow estaba dispuesto a atacar de inmediato, pero Canción-Oculta lo interrumpió con un fuerte gruñido. Fuera lo que fuese aquella aparición, parecía desear hablar con ellos, al menos por el momento, y el Philodox pensaba extraer de ella toda la valiosa información que pudiese antes de devolverla al infierno del que había salido.

-¡Es una figura astral!-, exclamó Lars en la lengua primigenia de los Garou.

-¿Qué es eso?-, quiso saber Faruq.

-El aspecto incorpóreo de una persona que está realizando un viaje astral fuera de su cuerpo-, le explicó precipitadamente el Theurge. -Se dice que los chamanes y las personas que han desarrollado una fuerte espiritualidad son capaces de semejante proeza, pero también existen rumores de psíquicos y magos que lo han conseguido.

-Vuestros primitivos gruñidos no os salvarán-, afirmó la aparición. -¡Llegáis demasiado tarde! Los poderes de la corrupción ya han asolado este lugar. El túmulo ha sido consagrado al Wyrm y he creado un poderoso guardián que acabará con todos vosotros.

-¡Está mintiendo!-, ladró Canción-Oculta en el mismo instante en que el don espiritual de la Verdad de Gaia le reveló la falsedad de sus palabras. -¡El túmulo todavía no está consagrado al Wyrm!

El alfa saltó de repente sobre la aparición, abandonando sus anteriores pretensiones. No le hizo falta volverse para saber que sus hermanos lo siguieron de inmediato. Cualquiera de ellos lo seguiría hasta el mismo infierno si fuese necesario. No obstante, atravesó a la aparición como si no estuviese realmente ahí. Tal y como había apuntado antes Lars, la forma astral de su enemigo era completamente incorpórea. "Sólo está aquí para intentar retrasarnos", razonó Canción-Oculta en meros segundos. A continuación el Colmillo Plateado cargó contra la última puerta, usando su cuerpo como un ariete.

Al otro lado le esperaba una amplia sala, despojada de asientos y mesas, donde ocho figuras, envueltas en oscuras túnicas de color sangre, alzaban sus brazos al techo y pronunciaban los oscuros cánticos de una letanía en latín. Los adoradores del Wyrm estaban agrupados por parejas y dispuestos formando una cruz sobre una espiral grabada en el suelo,  que a su vez, estaba cubierta por símbolos extraños dibujados con sangre y los cadáveres degollados de tres niños y niñas, cinco mujeres y dos hombres adultos y un lobo salvaje.

-In nomine vermis-, gritaron de pronto las figuras encapuchadas.

Sin detenerse, Canción-Oculta cargó contra la más cercana, derribándola al suelo y haciendo pedazos su nuca a base de feroces mordiscos mientras el desgraciado intentaba repetir las últimas palabras de la letanía oscura. Las enormes garras de Crow se clavaron en la espalda de otro de los adoradores del Wyrm, desgarrándola de arriba a abajo como si se propusiese de revelar un lienzo sangriento.

-¡In nomine vermis, in nomine vermis!-, gritaban desesperadas las figuras encapuchadas. -¡In nomine vermis, in nomine vermis!

Faruq entró raudo para atacar a los adoradores más alejados, mientras Lars y Voz-de-Plata se dirigían a los dos extremos de la falsa cruz. No obstante, en lugar de intentar escapar para salvar sus vidas, sus enemigos insistían fanáticamente en terminar el ritual de consagración del túmulo del Wyrm.

-¡IN NOMINE VERMIS! ¡IN NOMINE VERMIS! ¡IN NOMINE VERMIS! ¡IN NOMINE VERMIS!

La letanía parecía tener vida propia. Durante unos segundos, Canción-Oculta se sintió aturdido y desorientado en medio de la carnicería. Se tambaleó un par de pasos como si estuviese borracho y su vista se volvió borrosa. Las formas perdieron su definición, adoptando varias sombras tridimensionales. El olor a sangre se hizo tan abrumador que creyó que iba a vomitar, pero en lugar de eso, el Colmillo Plateado  acudió involuntariamente a toda la frustración y la rabia que había acumulado esa noche, sacudió la cabeza para serenarse y cargó contra las figuras enemigas más cercana.

-¡IN NOMINE VERMIS! ¡IN NOMINE VERMIS!

Aferró el tobillo de un anciano encapuchado y se lo cercenó de cuajo. El anciano se desplomó contra el suelo y se volvió para seguir realizando su parte en aquel ritual macabro. Canción-Oculta no tuvo piedad con él. Su muerte fue demasiado rápida pero estuvo a la altura de sus crímenes.

-¡IN NOMINE VERMIS!

No obstante, cuando Lars se deshizo del último de los adoradores del Wyrm, los ecos de la canción seguían resonando en la sala, con más fuerza que nunca. Todos los cadáveres de la sala ardieron consumidos por repentinas llamas verdes, sin importar si habían sido víctimas o verdugos. Una risa enloquecida se impuso en medio de la confusión.

-¡Criaturas estúpidas!-, exclamó triunfalmente la figura astral, que hasta ese momento había sido un testigo impasible de la matanza de sus seguidores. -El sacrificio voluntario de mis ayudantes era el acto final del ritual. Gracias a vuestra inestimable ayuda, no sólo he consagrado este túmulo maldito, sino que también he creado una nueva raza  híbrida de Perdiciones. Fruto de la unión impía de un Vagabundo de Nexos y un Furmling, yo lo bautizo como Vulnus y proclamo que su destino será arrasar a todas las criaturas de Gaia hasta verlas reducidas a cenizas.

-¡NOOO!-, aulló furioso Canción-Oculta al descubrir la verdad de sus palabras.

A pesar de saber que la figura astral era completamente incorpórea, cargó en su dirección para intentar hacerla pedazos únicamente con su propia rabia. La figura hizo un gesto desdeñoso con su mano y desapareció traspasando las paredes a una velocidad sobrehumana.

-¡Hemos sido utilizados!-, ladró Crow maldiciendo su suerte.

-¡Todavía podemos destruir a la nueva Perdición!-, gritó Lars. -¡Será vulnerable durante sus primeros momentos de existencia!

-¡A la Umbra!-, ordenó Canción-Oculta en el acto. -¡Rápido, todos a la Umbra!

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