miércoles, 6 de febrero de 2013

ERGUIDO-CUAL-MONTAÑA (3 - 3)


St. Claire, Washington (EE.UU.)
5 de noviembre de 1992

Intentó reprimir sin éxito un bostezo enorme que salió perezoso de su boca. Aunque todos sus hermanos estaban igual de cansados e irritables que él, se sentía especialmente afectado. Cada vez dormía peor y tenía el convencimiento de que su insomnio forzoso no se debía a dormir en la Umbra. Él ya había tenido que descansar en el reino espiritual muchas veces, pero esta era la primera en la que no lograba conciliar el sueño. Luchaba en vano por evitar seguir dando vueltas, sin éxito. Cuánto más se esforzaba, más lejano parecía el sueño y, cuando parecía que ya había conseguido adormecerse, alguno de sus hermanos lo despertaba a los cinco minutos para que ocupara su turno.

El ascenso de Selene en los cielos no ayudaba en absoluto. Su rostro de luna llena parecía resplandecer en la Umbra, incluso de manera más brillante que en el mundo físico. Ninguna lejana estrella podía competir con su belleza ultraterrena. Sus rayos plateados rasgaban la oscuridad de la noche, iluminando todos los rincones del cielo o la tierra. A veces incluso parecía que Selene lo estaba llamando, invitándolo a deshacerse de todas sus frustraciones y liberar su esencia más salvaje. Inconscientemente, la idea de aullar para ella y tratar de alcanzarla era una tentación muy poderosa.

En lugar de eso, Crow se veía obligado a permanecer en St. Claire, sin poder echar el guante a Rapta Pañales, ni atacar Pangloss, ni salvar a los menores secuestrados, ni poder dormir decentemente durante unas pocas horas. Nunca se había sentido tan frustrado. En consecuencia, su humor había empeorado y sus hermanos habían abandonado la idea de intentar animarlo, vistos los pobres esfuerzos que hacía él mismo por mejorar su propio estado de ánimo.

La manada no había podido hacer mucho más desde que descubrieron los cadáveres en la tejeduría abandonada. Canción-Oculta los había dividido en dos para patrullar la ciudad por las noches, vigilando desde la Penumbra local. La idea en sí era buena. Parecía que Rapta Pañales actuaba exclusivamente de noche y había más probabilidades para atraparlo vigilando a esas horas. Sin embargo, el esquivo secuestrador no había vuelto a dar señales de vida. Esa era una de las mayores frustraciones de Crow. Ni siquiera había supuesto un gran consuelo para él la caza de algunos Kalus rezagados que se habían quedado a merodear por la ciudad cuando Selene brillaba en los cielos.

Al llegar el día, la manada trataba de descansar, comer y averiguar cualquier novedad que sucediese en el pueblo. Canción-Oculta solía reunirse a esas horas con la periodista, Cindy Crawley, para intercambiar información. Gracias a ella, la manada se había enterado de varios sucesos que habían alterado la rutina de la ciudad. Después de compartir con ella los siniestros descubrimientos de la tejeduría abandonada, el FBI y la policía local habían investigado la zona, confirmando que las huellas de bota eran las mismas que las que había detrás de la caravana de los Wheeler. Esa noche los Garou pudieron comprobar que la policía se estaba tomando en serio su trabajo y había dejado a tres agentes escondidos en el caso de que el secuestrador volviese al lugar de los crímenes.

El martes por la tarde ocurrió un extraño suceso. El capitán del equipo de fútbol americano de Norge High, un adolescente llamado era Jack Stevenson, había matado de un disparo a otro estudiante con la pistola de su padre en los vestuarios del instituto. Nadie sabía muy bien cuál podría ser el móvil del crimen entre dos buenos amigos, pero Cindy había descubierto rumores que aseguraban que los el asesino y su víctima estaban compitiendo por el favor de una famosa animadora local, una joven llamada Sharon Miller. El crimen podría haber sido un triste suceso en una Norteamérica saturada de armas de fuego al alcance de cualquiera de no ser por la atención mediática que habían despertado en St. Claire los secuestros de Rapta Pañales, por lo que los periodistas de la ciudad, Cindy Crawler incluida, se habían vuelto locos apresurándose casi a inventar los detalles más morbosos posibles con tal de alimentar la morbosidad de la audiencia.

El día siguiente fue bastante tranquilo, aunque se respiraba una enorme tensión por toda la ciudad. Incluso Crow se daba cuenta de ello. La policía estaba haciendo grandes esfuerzos por mantener la calma de la población, pero poco a poco habían surgido algunos enfrentamientos inevitables entre grupos de vecinos y algunos periodistas especialmente insensibles, lo que empeoraba aun más si cabe una situación que ya era de por sí bastante explosiva.

Al caer la noche, Canción-Oculta organizó dos grupos de patrulla, aunque cambiando a los miembros de cada grupo. Esta vez Voz-de-Plata y Faruq vigilarían la parte occidental de St. Claire, mientras que el resto patrullaría por el este de la ciudad. El hecho de formar un grupo de tres para vigilar el este no era una mera casualidad. La vivienda de los Wheeler y la tejeduría estaban allí, a menos de kilómetro y medio entre sí, por lo que el Philodox suponía que la guarida de Rapta Pañales debía estar muy cerca. Como precaución adicional, Lars incluso había vuelto a negociar esa noche con el espíritu cuervo que les había conducido a la tejeduría para que vigilase el edificio abandonado.

Y así habían pasado las horas, buscando en vano a través de los bosques y los suburbios de St. Claire, a ratos por la Penumbra local, otras veces por el mundo físico. Estaban investigando los alrededores del instituto de Norge High cuando escucharon unos disparos en la lejanía. Parecían disparos provocados por armas automáticas.

-¿Oís eso?-, preguntó él. Estaba en forma Homínida, de cuclillas intentando entrever lo que había al otro lado de una ventana sucia y cerrada con barrotes de hierro en la parte de atrás del instituto.

-Creo que vienen del suroeste-, dijo Lars utilizando la lengua Garou. El pelaje gris del Lupus estaba ligeramente encrespado por la tensión.

-Puede que hayan descubierto a Rapta Pañales-, gruñó él. -Deberíamos ir cuanto antes para ver qué ocurre.

-No-, intervino Canción-Oculta también en forma Lupus. -Faruq y Voz-de-Plata están cerca. Deja que lo investiguen ellos. Si es Rapta Pañales, aullarán para avisarnos como habíamos acordado.

-Pero, puede que necesiten nuestra ayuda.

-En ese caso, aullarán. No podemos dejar desprotegida esta zona sin una buena razón.

-¡Mierda!-, protestó él dando un fuerte puñetazo contra la pared más cercana. Sus nudillos se resintieron por la fuerza del golpe, pero eso hizo que se encontrase súbitamente mejor. Ni Canción-Oculta ni Lars parecieron impresionados por ese súbito ataque de violencia. -Lo siento, chicos. Es esta maldita ciudad. Me está desquiciando.

-No eres el único que está cansado o que sufre en silencio, Crow-, le dijo el Colmillo Plateado. -Tendrías que haber visto nuestras caras cuando encontramos los cadáveres de los niños asesinados en la tejeduría. Incluso Faruq tuvo que salir afuera para tranquilizarse. Nuestra rabia es un regalo de Selene para darnos fuerzas en la guerra contra el Wyrm, pero también puede ser una maldición sino tratamos de controlarla.

-Fue lo que le pasó de Mata-Parientes-, intervino Lars. -Tenía tanto fuego en su interior que mató sin querer a uno de sus hermanos de manada durante su Primer Cambio. Si no controlas tu ira, puede que tarde o temprano ocurra una desgracia irreparable.

-Entiendo lo que me queréis decir-, respondió él con un suspiro después de unos segundos pensando. -Os prometo que intentaré controlarme más y obedecer sin protestar.

-No, eso no-, rechazó Canción-Oculta muy serio. -Debes protestar siempre que creas que actuamos de forma errónea. Nuestra manada toma decisiones más sabias de esa forma, pero debes hacerlo de forma educada y respetar las decisiones que tomemos entre todos.

-Sí, es cierto-, dijo él. Estaba avergonzado porque lo tuviesen que regañar como si fuese un niño pequeño, pero intentó por todos los medios que no se le notara. Había peleado muy duro para conseguir formar parte de la manada de las Cinco Garras de Gaia y no iba a permitir bajo ningún concepto que sus hermanos se arrepintiesen de haberlo aceptado entre los suyos.

-.-

Los disparos habían continuado durante unos largos minutos más, pero ni Faruq ni Voz-de-Plata aullaron para dar la alerta. Fuera cual fuera la naturaleza del tiroteo, parecía ser un asunto local que pronto se resolvió por sí solo, por lo que ellos siguieron vigilando y extremando las precauciones. El tiempo pareció transcurrir muy despacio esa noche, aunque antes de que se diese cuenta Selene ya había recorrido la mayor parte de su viaje a través de la bóveda celeste. En unas dos horas aproximadamente el ardiente rostro de Helios cruzaría de nuevo las tinieblas de la noche para traer la luz del día al mundo físico.

Los tres estaban caminando de madrugada por el arcén de la carretera, callados y exhaustos, cuando vieron a un cuervo de plumas negras posarse en mitad del asfalto durante unos segundos. El pájaro les miró con sus ojos oscuros como si pudiese acariciar con sus alas su misma alma y luego volvió a salir volando, desapareciendo rápidamente entre los árboles.

-¡Es una señal del espíritu!-, exclamó Lars de golpe. -¡Está en la tejeduría!

-¡Vamos!-, gruñó Canción-Oculta mientras adoptaba la forma de hermoso lobo de pelaje blanco plateado, salvo por la cola deforme y sin pelo que revelaba su herencia metis.

Esta vez Crow no protestó debido al cansancio ni necesitó que se lo repitieran dos veces. Salió corriendo del arcén para seguir a su alfa, abriéndose paso entre la maleza antes de convertirse también en un lobo. Pocos segundos después, Lars se puso a su lado con ciertas dificultades. Los tres se convirtieron en un único espíritu primordial en busca de su presa.

-.-

Escucharon un disparo y gritos pero, cuando llegaron a la tejeduría, ya era demasiado tarde para salvar a los policías. Los cadáveres de dos de ellos habían sido despedazados con un salvajismo brutal, como les había ocurrido al par de cazadores humanos que había descubierto previamente el lugar. El tercero debía haber huido a las profundidades del bosque. Crow entró en la tejeduría abandonada para comprobar que el secuestrador no se hubiese escondido allí, mientras Lars y Canción-Oculta caminaban de lado para buscarlo en la Penumbra. Tras una carrera frenética a través de las máquinas ruinosas, el Fianna se convenció de que ni Rapta Pañales ni ninguna otra de sus víctimas estaban allí.

Crow salió fuera del edificio y trató de localizar el rastro del maldito secuestrador. Tal y como le habían advertido sus hermanos, no encontró ningún olor característico de su presa. No obstante, sí pudo encontrar nuevas huellas de un par de botas militares. Rapta Pañales había huido con muchas prisas, dejando tras de sí un rastro fácil de seguir.

La primera reacción de Crow fue seguir el rastro, pero se detuvo al recordar la señal de alerta. Cogiendo aire con todas sus fuerzas, lanzó un fuerte aullido, que Voz-de-Plata y Faruq no tendrían dificultades en escuchar. El mensaje era terriblemente simple y conciso: "Seguid sus huellas en la cueva del espíritu cuervo."

Poco después escuchó un aullido más potente y enérgico que el suyo a modo de respuesta. Voz-de-Plata le estaba decidiendo que llegarían tan pronto como pudieran. Justo en ese momento, aparecieron Lars y Canción-Oculta.

-¡No está en la Umbra!-, ladró malhumorado el Colmillo Plateado.

-¡Encontré sus huellas!-, les dijo él. -¡Por aquí! ¡Seguidme!

Lars adoptó la forma del lobo prehistórico que los Garou llamaban Hispo, mientras Canción-Oculta y él permanecían en Lupus para seguir mejor el rastro dejado involuntariamente por Rapta Pañales. "De esta no te escapas, hijo de puta. ¡Vamos a hacerte pagar por tus crímenes!", se juró Crow furioso mientras Selene observaba sombría la cacería desde los cielos.

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