viernes, 25 de enero de 2013

FARUQ (3 - 1)


St. Claire, Washington (EE.UU.)
1 de noviembre de 1992

Crow y él habían pedido un trozo de tarta de arándanos y otro de manzana mientras observaban a sus hermanos hablar con la policía en la calle. Aunque parecían tener una conversación amistosa, su instinto le decía a Faruq que los agentes de la ley no les ayudarían mucho durante su estancia en St. Claire. Cuando la conversación terminó y sus hermanos volvieron a entrar en el restaurante, el Caminante Silencioso supo que no traían buenas noticias.

-Y eso es todo-, dijo Voz-de-Plata después de repetirles a él y al Fianna toda la conversación por la que acababan de pasar. -Tenemos veinticuatro horas para salvar a esos pobres niños.

-Bueno, no tenemos que hacer caso necesariamente del ultimátum que nos ha dado-, intervino él.

-¿Ah, no?-, preguntó el Hijo de Gaia. -Y según tú, ¿qué deberíamos hacer mañana a estas horas?

-Ser más discretos-, respondió él con naturalidad, -y movernos principalmente por la Penumbra.

-Creo que es una buena idea-, le apoyó Crow.

-En lugar de discutir entre nosotros, deberíamos aprovechar al máximo el tiempo que nos queda para movernos con libertad por la ciudad, -afirmó Canción-Oculta.

-¿Seguimos investigando a las familias?-, le preguntó Lars.

-No, esa puerta quedó cerrada gracias a la llamada de Robert Wheeler-, dijo el alfa pensativo, -pero mirad a vuestro alrededor. Este restaurante está lleno de periodistas. Llevan más tiempo aquí que ninguno de nosotros y a estas alturas ya deben estar al tanto de los trapos sucios de media ciudad. Quizás alguno de ellos tenga conocimiento de algo que sin saberlo nos pueda encaminar en la dirección correcta.

-Una idea interesante-, reconoció Faruq intrigado, -pero no creo que vayan a compartir sus secretitos con un grupo de jóvenes raros como nosotros.

-Por eso no iremos todos nosotros-, explicó Canción-Oculta. -Solo uno, dos como mucho. Tenemos que abordar a alguien que esté solo.

-¿Qué os parece la mujer de la mesa del fondo?-, preguntó Lars, señalando discretamente a una morena, de  unos treinta años, de pelo rizoso, vestida con una americana verde oscuro bajo la cual llevaba un jersey fino de color negro y unos pantalones lisos del mismo color. Tenía los labios pintados de color rojo fresa y la cara ligeramente maquillada. Estaba estudiando unas hojas sueltas que había sacado del portafolios verde oscuro que reposaba a su lado en la mesa mientras se tomaba con calma un café solo.

-Es perfecta-, reconoció Canción-Oculta. -Iré a hablar con ella.

-¡Espera! ¿Qué le vas a decir?-, quiso saber Crow, cogiéndole de la mano.

-Voy a proponerle un trato. Vosotros esperadme en la furgoneta.

-No tardes demasiado o nos pondremos celosos-, se burló Faruq con una sonrisa cargada de picardía.

-.-

-¿Y bien?-, preguntó Voz-de-Plata.

-No ha sido fácil, pero está hecho. Le hablé de la huella que encontró Faruq detrás de la caravana de los Wheeler y le prometí que compartiría con ella en exclusiva cualquier nuevo descubrimiento a cambio de que ella me hablase un poco de los secuestros y de la ciudad en general.

-Pero ¿te ha contado algo interesante o no?-, insistó el Galliard dando voz a la pregunta que todos ellos pensaban.

-Sí. Se llama Cindy Crawley y trabaja para un canal local de televisión. Ella fue la primera periodista en llamar al secuestrador "Rapta Pañales", cosa que empezó a hacer después de que varios niños de la ciudad, a los que estaba entrevistando por separado, le confesasen que habían soñado con él y que lo llamaban entre ellos con ese nombre.

-¿Que más le contaron de esos sueños?-, preguntó Lars sumamente inquieto.

-Bueno, ella no insistió mucho en eso, pero según los niños entrevistados Rapta Pañales es un hombre escurridizo, de piel pálida y pelo enmarañado. Viste unos vaqueros rotos, una sucia cazadora de cuero, una gorra de béisbol, botas y unas oscuras gafas de sol.

-¿Crees que esa descripción es fiable?- , le preguntó Faruq a Lars.

-Quizás. No lo sé-, confesó frustrado el Theurge. -Tendremos que estar atentos por si vemos a alguien cuya descripción encaje de ese modo.

-Pero tú mismo lo dijiste ayer, ¿no?-, intervino Crow. -Los espíritus se comunican a través de los sueños...

-Sí, es cierto, pero la mayoría de los sueños no son modelados por los espíritus, sino que responden a nuestros recuerdos, expectativas y miedos más ocultos.

-En cualquier caso, si esos niños tienen razón, entonces nuestro secuestrador no es un humano normal y corriente, sino una criatura sobrenatural de algún tipo-, dedujo Faruq pensando en voz alta-, por lo que nuestra ayuda aquí es más necesaria que nunca.

-Cindy Crawler También me contó un detalle más que puede ser relevante-, les dijo el alfa de la manada. -Ha descubierto que St. Claire tiene unas elevadas tasas de violencia doméstica, abusos sexuales y violaciones para una ciudad de su tamaño, a pesar de que la mayoría de las mujeres maltratadas no denuncian públicamente su situación y acaban volviendo con sus maridos.

-¿Y cómo es eso posible?-, preguntó Faruq.

-Todavía no lo sabe. El canal para el que trabaja la obliga a centrarse en los secuestros, pero ella está decidida a investigar más a fondo la ciudad cuando hayan detenido a Rapta Pañales.

Los cinco se quedaron en silencio, intentando hallar sin éxito alguna explicación que sirviese para descifrar aquel extraño enigma. Finalmente, fue Faruq quien rompió el silencio:

-No podemos cruzarnos de brazos. Como no nos dejan acercarnos a las familias, deberíamos separarnos y dar una vuelta por St. Claire. Puede que veamos a alguien que encaje con la "descripción" de Rapta Pañales o que descubramos alguna pista que aclare qué demonios está pasando aquí. En cualquier caso, tenemos que movernos.

-Faruq tiene razón-, le apoyó Lars. -Debemos movernos para abarcar el máximo terreno posible y también deberíamos investigar en la Penumbra local.

-Estoy de acuerdo-, terció Crow.

-Entonces haremos lo que has propuesto-, dijo Canción-Oculta. -Voz-de-Plata y yo recorreremos la parte occidental de la ciudad y Faruq y Crow harán lo mismo en la parte oriental. Lars, tú investiga en la Umbra. Nos reuniremos en este mismo restaurante a las ocho de la tarde para cenar. ¡Movámonos como si tuviésemos prisa!

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