lunes, 26 de noviembre de 2012

CANCIÓN-OCULTA (1 - 5)


Cabaña de Bill
4 de marzo de 1992

El fuego ardía pausadamente en la chimenea y Bill estaba sentado sobre su viejo sillón de madera, contándoles historias de miedo a los atentos jóvenes que estaban sentados en el suelo. "Es como en las películas", pensó Canción-Oculta maravillado. Le gustaba esa escena. Le hacía recordar el tiempo que había pasado con sus tíos, aprendiendo a leer los libros humanos con Mary o escuchando hablar a Adam Henderson de las nobles costumbres de los Colmillos Plateados. Sintió un fuerte ramalazo de nostalgia que le emocionó profundamente. Esperaba volver a verlos muy pronto.

Asintió con aprobación cuando Voz-de-Plata terminó de cantar la canción sobre los orígenes de la tribu de los Hijos de Gaia. Era una bonita historia y su mensaje de esperanza y reconciliación resultaba muy adecuado para su actual situación, como invitados en la cabaña de un Gurahl, un hombre oso. Tendía puentes de paz entre sus dos pueblos y ellos mismos, a pesar de los breves momentos de tensión que había ocasionado la estrechez de miras de Mata-Parientes.

Cuando le llegó el turno a Bill para que contase su propia historia, Canción-Oculta estaba muy impaciente y deseoso de escuchar algún relato de los hombres oso. Durante el tiempo que habían pasado bajo su techo, su anfitrión no había hecho ninguna referencia a los suyos, como si temiese que al compartir información podría poner en peligro de muerte a los Gurahl supervivientes. El joven metis no podía culparlo por pensar de esa forma. Los Garou casi habían exterminado a todos los suyos. Sin embargo, el joven Colmillo Plateado se sintió decepcionado cuando Bill les explicó que su historia iba a ser un viejo relato de los Wendigo.

Su decepción no duró mucho tiempo. A pesar del calor que emanaba de la chimenea y de las mantas de piel que les protegían del frío, Canción-Oculta tuvo un estremecimiento en el mismo momento en que Bill pronunció el nombre de la Perdición: Narlthus. El joven Colmillo Plateado se sintió de repente muy intranquilo sin que hubiese ninguna razón aparente. "Narlthus, Narlthus", repitió una voz invisible  que solo él conocía desde que era muy pequeño. Canción-Oculta hizo un esfuerzo sincero por serenarse y observó a Bill y a sus compañeros para cerciorarse de que ellos no se habían dado cuenta de lo que había sucedido. Sus preocupaciones eran vanas. Todos sus hermanos parecían completamente atentos escuchando la historia de Bill. "Narlthus, Narlthus", repitió aquella voz invisible. Canción-Oculta la ignoró con facilidad y la voz se perdió en algún lugar ignoto de las sombras de su propia mente.

Una vez que terminó su historia, su anfitrión se disculpó por tener que ir a descansar a su cuarto tan temprano, excusándose diciendo que carecía de la energía de los más jóvenes. Con voz cansada, les deseó buenas noches. Sus hermanos y él se despidieron el hombre oso sin alejarse de la calidez de la chimenea. En el exterior seguía rugiendo la ventisca invocada por los Wendigo. Cuando Bill cerró la puerta de su habitación, Voz-de-Plata les habló con los gruñidos propios de la lengua Garou:

-Seguro que los Caminantes del Viento de la historia de Bill fueron los primeros Wendigo en llegar a estas tierras-, afirmó de pronto Voz-de-Plata.

-¿Y a quién le importa eso?-, respondió Faruq con su ácido sentido del humor.

-Basta de juegos-, intervino Mata-Parientes. -No debemos confiarnos por estas comodidades humanas y la aparente amabilidad del Gurahl. Nos iremos de aquí tan pronto como la ventisca cese.

-Pero si su plan original era matarnos, ¿no crees que Bill habría encontrado una estrategia mejor que curar nuestras heridas y darnos de comer?-, preguntó insolente Faruq con cierto cansancio en su voz. La mirada irritada con la que le respondió Mata-Parientes fue suficiente para que su hermano permaneciese callado.

Canción-Oculta se sintió muy tentado de intervenir, pero se refrenó al darse cuenta de que eso podría enojar aún más a Mata-Parientes. El joven alfa había estado muy huraño con él durante todo el día, enfadado sin duda por el hecho de que Colmillo Plateado le hubiese ocultado que había descubierto que Bill era un Gurahl gracias al don del Olor de la Auténtica Forma. Podía comprender que el joven alfa se sintiese traicionado por su conducta. No había sido un acto del que enorgullecerse precisamente, pero si no hubiese actuado de ese modo, habrían perdido la oportunidad de enmendar los sangrientos crímenes de sus antepasados durante la Guerra de la Rabia.

-No percibo ningún peligro o maniobra oculta en este lugar, pero tampoco veo nada malo en ser precavidos después de lo que nos ocurrió con los Wendigo-, concedió finalmente el joven metis. -¿Quieres que nos turnemos para vigilar mientras el resto descansa junto al fuego?

Mata-Parientes gruñó para dar su hosca conformidad a la propuesta. Ellos dos harían el primer turno de guardia, Lars y Faruq el segundo y Voz-de-Plata el último. Mientras sus hermanos intentaban conciliar el sueño, el joven alfa y él permanecieron sin hablarse en forma Lupus, en un tenso silencio roto únicamente por alguno de los embates de la ventisca que soplaba en el exterior de la cabaña. Canción-Oculta no pudo evitar perderse en sus recuerdos.

-.-

-¿Qué es la Maldición?-, se atrevió a preguntar dubitativo con susurro.

Su maestra, la Philodox llamada Alissa Weston, mejor conocida como Busca-la-Verdad, lo miró con una repentina suspicacia. Sus fríos ojos lo examinaron como si pudiesen alcanzar los lugares más profundos de su alma, juzgándolo con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su cuerpo, deteniéndose en mitad de su paseo por aquel sendero del sur de Stanley Park.

-¿Quién te ha hablado de ella cachorro?-, le preguntó inquisitiva.

-Lo siento, pero no puedo decírtelo-, respondió él con voz baja, intentando proteger a su familia.

-Tus tíos no deberían saberlo, ni mucho menos haberse atrevido a hablarte de ella-, dedujo Busca-la-Verdad. -Puede que sean de nuestra Parentela, pero hay cosas que sólo un verdadero Colmillo Plateado puede explicar con acierto.

-Entonces explícamelo tú, por favor-, rogó él. Su tío Adam le había contado algunas vagas ideas, pero necesitaba tener certezas en ese asunto.

Canción-Oculta pudo comprobar que Alissa Weston estaba nerviosa por primera vez desde que se habían conocido. "Le asusta hablar siquiera de ello", se dio cuenta el joven Garou. Durante unos instantes, temió que su maestra no fuese a hablar o que ignorase su atrevida pregunta explicándole algún otro aspecto de las complejas costumbres vigentes entre los Colmillos Plateados. Sin embargo, ella suspiró y volvió a caminar hablando en voz baja para que nadie los oyese.

-La Maldición es la carga más pesada que debe soportar nuestra tribu, cachorro. Todos los Colmillos Plateados la sufren de un modo u otro. Los miembros más conservadores de nuestra tribu aseguran que es un desafío impuesto por nuestro tótem espiritual, el Gran Halcón, para probar nuestra fortaleza y convertirnos en mejores líderes de toda la Nación Garou. Otros Colmillos Plateados de mentalidad más crítica afirman que puede deberse a un defecto fatal en nuestra limitada política de matrimonios y linajes con nuestra Parentela y algunas personas de las familias nobles humanas más prestigiosas, volviendo vulnerable a nuestra tribu ante las enfermedades hereditarias humanas y la endogamia. Y, finalmente, hay un pequeño grupo de individuos extremistas que se atreven a afirmar que la Maldición es el castigo impuesto por la mismísima Gaia a nuestra tribu por nuestros pecados durante la Guerra de la Rabia y el Impergium.

Canción-Oculta escuchó con suma atención, absorbiendo cada una de las palabras de Busca-la-Verdad. Su tío Adam nunca le había explicado cuál era el origen de la Maldición. Su maestra continuó con su explicación cargada de susurros furtivos.

-Como ves, no hay un consenso sobre su origen, ya que sus efectos son distintos para cada uno de nosotros, desde los grandes reyes a los simples lores y damas de la nobleza menor como tú o yo. Todos sufrimos algún aspecto de la Maldición que afecta a nuestra mente, enturbiando nuestros mismos pensamientos. Es una experiencia tan personal e íntima que pocos de los nuestros desean hablar voluntariamente acerca de ella. En cualquier caso, parece que sus efectos han ido empeorando a lo largo de las generaciones. Algunos ven cosas que no existen, otros se vuelven paranoicos y desconfían incluso de sus hermanos de manada, los hay que sufren delirios extremos de grandeza y algunos incluso desarrollan miedos secretos. Cada verdadero Colmillo Plateado soporta su propia carga con entereza y fuerza de voluntad, cachorro.

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Canción-Oculta volvió en sí rápidamente. El calor de la chimenea había descendido, al igual que el fuego que ardía en su interior. Mata-Parientes seguía despierto y atento, sin mostrar ningún resquicio de cansancio ni de sueño. El joven metis observó a sus hermanos dormir plácidamente. "Seré fuerte por vosotros. Nunca tendréis que avergonzaros de mi", se prometió en silencio.

El tiempo transcurrió lentamente y, cuando llegó el momento adecuado, despertaron de madrugada a Lars y Faruq para que continuasen ellos su guardia. Canción-Oculta estaba cansado pero aun así le costó conciliar el sueño.

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Cabaña de Bill
5 de marzo de 1992

Cuando se despertaron a la mañana siguiente, la ventisca soplaba con menos fuerza en el exterior.

-Seguirá haciendo frío, pero lo más probable es que haya cesado por la tarde-, les aseguró Bill completamente convencido de lo que decía.

-Entonces nos iremos por la tarde-, gruñó Mata-Parientes a sus hermanos.

Después de desayunar, todos menos el alfa de su manada quisieron ayudar a su anfitrión con las tareas domésticas como agradecimiento por toda la ayuda que les había prestado hasta ese momento. Sin embargo, Bill se negó firmemente, argumentando que si iban a marcharse esa tarde, lo más sensato era que descansasen junto al fuego, ya que luego necesitarían todas las fuerzas que pudiesen reunir.

Voz-de-Plata y Faruq pasaron la mañana intentando enseñarle a Mata-Parientes algunas palabras del idioma humano. Al principio, el lobo alfa se había negado a aprender nada de los humanos, pero Faruq había insistido diciéndole que podría serle muy útil comprender cómo se comunicaban los humanos en caso de un ataque o una situación semejante. Lars estuvo meditando junto al fuego, en silencio. Canción-Oculta intentó conversar con él, pero tuvo que desistir. Su hermano parecía preocupado por algo y prefería estar solo, perdido en sus propios pensamientos. Sin nada que hacer, el joven Colmillo Plateado se unió al resto de sus hermanos, que entre grandes carcajadas habían engañado al lobo alfa para que repitiese sin saberlo todo tipo de palabrotas y obscenidades malsonantes. Por muy divertido que fuese, el Philodox que había en él se vio obligado a poner orden entre los bromistas y su desconcertada víctima, y tratar de centrar sus juegos para enseñar verdaderamente el idioma humano al lobo Fianna.

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Aunque el cielo seguía nublado en el exterior, la ventisca había amainado completamente, tal y como les había asegurado Bill. La manada se preparó para marcharse. Su anfitrión les explicó que aunque su cabaña estaba dentro de los límites protegidos por los Wendigo del Clan del Lobo Invernal, tenía un viejo trato con ellos, por lo que no deberían encontrarse con ninguno de sus guerreros por lo menos a medio día de distancia. En cualquier caso, les aseguró que si no querían enfrentarse a los Wendigo tenían dos opciones: caminar hacia el oeste a través de densos bosques o dirigirse hacia el noreste, donde podrían encontrar una carretera humana que les llevaría hasta Kroder's Pass, el pueblo humano más cercano de esta parte de Canadá.

Su anfitrión también les había preparado unas escasas provisiones, lamentándose sinceramente por no poder ofrecerles más ayuda. Sin embargo, la manada aceptó la comida con evidente agradecimiento en sus jóvenes caras.

-Ahora soy yo quien debe pediros un favor, amigos míos-, les dijo Bill. -Mi propia supervivencia depende de vuestra discreción. Aunque los días de la Guerra de la Rabia han quedado atrás, os pido que no reveléis mi existencia a nadie, ni siquiera a los de vuestro propio pueblo. Sé que sois Garou honorables y confiaré en vosotros si me prometéis eso.

-Te damos nuestra palabra de honor, Bill-, respondió rápidamente Canción-Oculta al percibir las dudas del alfa. -Tu secreto siempre estará a salvo con nosotros.

-En ese caso, tengo un último regalo que haceros-, dijo el Gurahl caminando con tranquilidad hacia su habitación. Volvió poco después, sosteniendo algo con cuidado entre sus manos. Era un viejo cuerno de vaca, con la punta ennegrecida por el paso del tiempo. -Ten, Luna Gibosa, este premio por la conmovedora canción de anoche.

-¿Qué es?-, preguntó Voz-de-Plata al mismo tiempo que lo cogía.

-Es un viejo fetiche, pero uno que no debes utilizar a menos que te encuentres en un gran peligro-, respondió el Gurahl con solemnidad. -Llévalo con gran cuidado, pues es muy frágil y puede romperse cuando lo utilices. Yo mismo intenté utilizarlo el año pasado, pero no ocurrió nada... es posible que haya perdido su poder o que esté haciéndolo poco a poco.

-Lo trataré con cuidado y respeto, Bill-, respondió Voz-de-Plata visiblemente conmovido. -Muchas gracias.

-Es el momento de partir- gruñó Mata-Parientes.

En el exterior soplaba un viento considerablemente menos frío que la horrible ventisca que había cubierto de una gruesa capa de nieve toda la región durante los últimos días. Mata-Parientes encabezó la marcha, en forma Lupus. Sus hermanos le siguieron también con sus formas lobunas, llevando atados a sus cuerpos los bultos de tela que contenían la comida que les había preparado su anfitrión.

-¡Buen viaje, amigos!-, les gritó Bill desde el marco de la puerta de su cabaña.

Canción-Oculta se detuvo y aulló su agradecimiento con todas sus fuerzas. Sus hermanos hicieron lo mismo. Incluso Mata-Parientes sumó su voz a las suyas, reconociendo finalmente su error. Bill seguía despidiéndose de ellos con la mano. La manada se volvió a poner en marcha, subiendo por la colina a través de la profunda nieve hasta llegar a la cima.

El joven Colmillo Plateado volvió la vista atrás para mirar por última vez a Bill. Sin embargo, se sorprendió cuando vio que éste y su cabaña habían desaparecido por completo, como si nunca hubiesen estado realmente allí. ¿Qué tipo de magia era esa? Una parte de las huella que dejó la manada en la nieve también había desparecido, de forma que era imposible asegurar dónde se encontraba realmente la cabaña. Maravillado, el joven metis se quedó completamente quieto. Su manada siguió a Mata-Parientes sin detenerse. "Será nuestro secreto", pensó Canción-Oculta mientras corría para tratar de alcanzar a sus hermanos.

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